Diario de León

El Ademar también cumple en el barro

Vieyra defendido por el leonés Juan Castro, el jugador más activo de los cordobeses. JESÚS F. SALVADORES

Vieyra defendido por el leonés Juan Castro, el jugador más activo de los cordobeses. JESÚS F. SALVADORES

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Ademar 24 Puente Genil 20 Los leoneses logran una trabajada victoria ante el equipo andaluz

SERGIO C. ANUNCIBAY | león

Rafa Guijosa había advertido el día antes que el Abanca Ademar es vulnerable si escatima esfuerzos, pierde la concentración y reduce sus prestaciones sobre el parqué. Sabía que cualquier bajón en el rendimiento dejaría en agua de borrajas la importante victoria del otro día frente al Wisla Plock. Y, lo que es peor, les apartaría de las cuatro primeras plazas.

Alejado ya de los focos europeos —al menos hasta el sábado—, los leoneses regresaron al barro de la Asobal, donde tocaba enfrentarse a un Puente Genil herido después de encadenar tres derrotas. Intentaron sublevarse los cordobeses, que aguantaron el tipo durante prácticamente cincuenta minutos, pero la defensa local apagó el conato de rebelión (24-20).

Esta vez fue Zivan Pesic, con permiso del incombustible Nacho Biosca, el jugador más entonado de un Abanca Ademar al que le costó cogerle el ritmo al encuentro. No estuvieron finos sus lanzadores y los extremos casi no tocaron bolas durante la primera parte, en la que los andaluces apostaron por transiciones muy largas, siempre al borde del pasivo.

Juan Castro movía a su antojo al Puente Genil y otro viejo conocido como Leo Almeida martilleaba la portería local desde los seis metros. Enfrente respondían con cuentagotas los de Guijosa, que hasta los últimos diez minutos no pudieron soltar lastre. Tres acciones defensivas del Ademar y el acierto en los contragolpes condujeron a una ventaja de cuatro tantos que a la postre resultó definitiva.

Para conseguirla, los de Guijosa tuvieron que enfundarse el mono de trabajo. No lo puso nada fácil el conjunto visitante, que cerró todas las vías de acceso desde el principio. Los lanzamientos de Mosic y Vieyra no eran tan certeros como el pasado sábado ante el Wisla, lo que precipitó de salida un parcial de 1-3 que presagiaba un compromiso igualado. Y así fue hasta el descanso. Enfilaron el túnel de vestuarios con un apretado 13-12.

Poco cambiaron las cosas tras la reanudación, más allá del solitario gol de Mosic, que, a pesar de ese primer tanto, pasó de puntillas por el ataque leonés, aunque aportó en defensa, donde otra vez Gonzalo Carou fue la pieza clave del entramado.

Ese paso al frente del argentino en la segunda mitad y la frescura que aportaron las rotaciones asfixiaron al Puente Genil, que encima perdió por lesión al lateral derecho André Gonsalves.

Únicamente las acciones individuales de Juan Castro evitaron que el partido se rompiera mucho antes. También los tantos de un atrevido Acacio cuando el ataque posicional no funcionaba. O los de Sebas Simonet, que hizo diabluras para descolocar a la defensa andaluza.

Igualmente hay que destacar, otra vez, la aportación de Nacho Biosca, que acabó con más de un cincuenta por ciento de efectividad.

Tras esta importante victoria, los leoneses regresarán el próximo sábado a la Liga de Campeones. Visitan al Wacker Thun de Suiza, que ocupa la última plaza del grupo. Y después colisionarán contra el Huesca, que, como el Ademar y otros tantos aspirantes, oposita al subcampeonato. Ambos rivales directos se verán las caras el próximo viernes 19 de octubre.

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