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LLAMADA DE AUXILIO

El árbitro Brito Arceo, arruinado y al borde del desahucio

El colegiado es recordado en BCN por una falta fuera del área pitada como penalti en un Barça-Sevilla de 1989. Unos hinchas se vengaron en otro partido lanzando un cerdo con la camiseta con el nombre de Brito.

Los capitanes del Sevilla y Barça, con el trío arbitral en diciembre de 1989.

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EL PERIÓDICO
León

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El exárbitro de fútbol de Primera división Juan Manuel Brito Arceo está en la ruina y "desesperado", según desvela este domingo en una entrevista en el Diario de Avisos, porque se le agota la prestación social, acude a los servicios sociales del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife (donde fue concejal) para conseguir una bolsa de comida y está a punto de ser desahuciado.

El nombre de Brito Arcedo figura en algunos capítulos de la historia del Barça: el 30 de diciembre de 1989 señaló como penalti una falta fuera del área en un Barcelona-Sevilla y un año después, cuando volvió al Camp Nou en la visita del Valladolid, unos aficionados soltaron en el césped un cerdo lechón que lucía una camiseta con el nombre del colegiado. También escribió una página curiosa como concursante del 'Gran Hermano'.

Nacido en Santa Cruz de Tenerife hace 55 años, Brito Arceo, debutó en primera división en 1987 a los 24 años y lo dejó en 2000; fue concejal en su ciudad natal por el PP entre 2003 y 2011, así como concursante del programa Gran Hermano VIP II en 2005. Ahora pide auxilio desde las páginas del periódico tinerfeño a quien tenga "la caridad" de ayudarle.

En la entrevista describe su vida actual como "caótica y precaria", ya que está pendiente de ser desahuciado de su piso, se le agota la prestación de inserción del Gobierno de Canarias, debe los recibos del agua y de la comunidad y ha acudido a los servicios sociales municipales para alimentarse.

CAMPAÑA DE MENTIRAS

"Estoy tan desesperado que necesito ayuda", dice el exárbitro, quien detalla en la entrevista que fue obligado a abandonar el fútbol tras diez años como internacional en medio de "una campaña de difamación llena de mentiras" que le cerró todas las puertas.

Ahora debe mucho dinero: "El día que quedé finalista en Gran Hermano, el dinero que gané se lo entregué a la Caja Rural. Yo me quedé solamente con unos 12.000 euros. Juro por mi familia que si yo tuviera ahora dinero pagaría todo lo que debo".

Asume que él tiene gran parte de la culpa por su actual situación, pero matiza que muchas veces ha sido por el exceso de confianza que pone en los demás.

"Sinceramente, he llegado a pensar en el suicidio, pues me pregunto muchas veces qué han hecho con mi vida. Y no estoy loco. Hay que vivir los momentos tan difíciles que estoy viviendo. Sobre todo, nunca entenderé a esas personas que ponen empeño en destruirte con mentiras. Para lo que yo he dado y como me he comportado con las personas, creo que se me ha pagado muy mal", concluye Brito Arceo.