Fútbol a la hora de los churros

La realidad ha colocado en esa situación a Corea del Sur, la humilde selección del país coorganizador del Mundial. Sería desde todos los puntos de vistas injusto atribuir a los errores arbitrales ante Italia -que los hubo- el éxito de los hombres de Guus Hiddink. Los surcoreanos han llegado a donde están practicando un fútbol serio, combativo, de máxima eficacia ante la portería contraria y siguiendo la máxima que el técnico holandés ha logrado que interioricen y asuman sus jugadores: no plegarse ante ningún contrario, sea el que sea, y no bajar nunca la guardia. Y así les ha ido. Saben cuáles son sus limitaciones, pero en lugar de resignarse a ellas buscan siempre un camino alternativo. Que Corea del Sur esté siendo la gran revelación no tiene que ser en ningún caso un motivo de preocupación para la selección nacional. El equipo de Camacho ha ganado todos los encuentros que ha disputado hasta el momento, su fútbol es superior, sin ninguna duda, al de los hombres de Guus Hiddink y en el seno de la expedición española reina una confianza máxima. Desayuno con Camacho Tres argumentos que se deberán explotar mañana con todas las consecuencias en un estadio que estará abarrotado de 43.000 seguidores rojos que a lo largo del campeonato han estado siempre del lado del que ahora es su rival. José Antonio Camacho tiene muy claras las ideas y, entre ellas, no hay ningún plan especial para detener a las gacelas de Guss Hiddink. Sólo una consigna: «Mantener nuestro ritmo». Por eso, el seleccionador mantendrá el mismo bloque en el que ha confiado en los encuentros de máxima trascendencia en este Mundial. Sólo la casi segura ausencia de Raúl le obligará a introducir modificaciones. Puede que sea esta la ocasión esperada con tanta impaciencia de ver a Valerón en su puesto natural, el de media punta, aunque tampoco es descartable que esa demarcación se la entregue Camacho a Luis Enrique. Si así fuera, llegaría una nueva oportunidad para el bético Joaquín, en la banda derecha, y en el centro del campo para el azulgrana Xavi, que sería el fiel compañero y guarda espaldas de Baraja. En el eje de la defensa, Hierro y Helguera volverán a formar pareja. Los españoles no sólo se van a encontrar con un enemigo en el campo. De nuevo se toparán con una temperatura de casi 30 grados y un nivel de humedad del 80% en un encuentro que se disputará a las 15.30 horas (8.30 de la mañana en España). «Es una hora inhabitual para nosotros y ya sabemos que el calor va a ser sofocante. Pero aquí no valen excusas», dijo Camacho. España está ya a veinticuatro horas de poder escribir una página de oro en su historia, virgen de éxitos como selección. Lo intentará, casi con toda seguridad, sin Raúl, la brújula que marca el rumbo a los hombres de Camacho. Se guarda ese apoyo para la final.