Diario de León

El primer error de Kahn y el oportunismo de Ronaldo abrieron el camino del triunfo brasileño

Brasil, pentacampeona del mundo

Brasil se convirtió ayer en pentacampeona del mundo con dos goles de Ronaldo frente a una Alemania que sorprendió por su buen juego y ambición. La selec

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Amador Gómez - YOKOHAMA.
León

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Brasil ha ganado los siete partidos que ha disputado en este Mundial y se ha merecido el título. En el partido decisivo Brasil tampoco entusiasmó con su fútbol, pero el enorme talento individual de sus jugadores le ha permitido alcanzar la gloria en este campeonato en el que estaba obligada a conquistar la corona para evitar una tragedia nacional. El pueblo brasileño ya puede dormir tranquilo y su técnico y jugadores responder con la quinta copa a las duras críticas que han condicionado su camino hacia el triunfo. Brasil vuelve a reinar, al igual que Ronaldo, que además de proclamarse nuevo campeón del mundo también se adjudicó, con ocho goles, el título de máximo artillero, y el «Balón de Oro» como mejor futbolista de la competición. Brasil está de fiesta, y Ronaldo cada vez más cerca de volver a ser el gran delantero que fue antes de pasar un calvario con las lesiones. El crack no sufrió ayer convulsiones, como le ocurrió hace cuatro años antes de jugar la final del último Mundial, y aunque en el primer tiempo perdió dos claras ocasiones de gol y la batalla ante Kahn y se sintió incluso atemorizado frente al genial portero alemán, en la segunda parte estuvo en el sitio oportuno en el momento que debía y no perdonó. Así es el fútbol. El primer error de Kahn en el Mundial y el oportunismo de Ronaldo abrieron el camino de la complicada pero justa victoria de los brasileños, que durante toda la competición han tenido una triple R demoledora que también quiso ser protagonista en la final. Ronaldinho, la gran sensación de este Mundial, brilló ante Alemania con su movilidad, regate y pases en profundidad; Rivaldo, a pesar de jugar su peor partido, participó en los dos tantos de la victoria; y Ronaldo demostró de nuevo un olfato goleador determinante en el momento en el que su selección había vuelto a ser dominada por Alemania. La victoria de Brasil en este Mundial supone el triunfo del fútbol ofensivo, atractivo y de calidad sobre el defensivo, calculador y físico de Alemania, que hasta esta final había renunciado a jugar pero en Yokohama sorprendió con su actitud ambiciosa y de toque en los primeros minutos de ambos tiempos. Alemania llegó a jugar mejor que Brasil durante la primera parte, pero esta vez no hubo eficacia ni juego práctico para arruinar la fiesta que estaba preparada en el país suramericano y en el estadio. Porque Alemania tenía a Kahn, pero el mejor guardameta del mundo falló en un blocaje que resultó clave, no disponía del sancionado Ballack, su futbolista de mayor calidad, y tampoco le funcionaron las acciones a balón parado y por alto. Brasil, en cambio, a pesar de quedarse sin el balón en el primer tiempo y apenas enlazar una jugada ofensiva, llegó a tener hasta cinco ocasiones claras de gol en ese periodo. En dos de ellas Ronaldo se estrelló con Kahn, que ya impuso respeto con su primera intervención en un mano a mano. Pero al final sería la revivida estrella brasileña quien viviría junto al banquillo tras abandonar el campo uno de los momentos más felices de su vida, mientras que el portero alemán quedaba destrozado apoyado sobre uno de los postes de su portería y tuvo que ser consolado por sus compañeros. En la historia de este Mundial quedarán grabados en un lugar destacado los nombres de Kahn y Ronaldo, porque ellos fueron los que resultaron decisivos en esta final en la que Brasil tardó mucho en despertarse y renunció a su estilo. Porque fue Alemania la que llevó la iniciativa la mayor parte del choque, aunque las mejores ocasiones serían para Brasil.

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