La medicina tiene la última palabra

Y es que Carlos Aira parece predestinado a defender esos colores porque se formó en el Fuentesnuevas, que viste de blanquiazul, aunque sea arlequinado, para pasar al Deportivo de La Coruña y luego al Lleida, que también porta elástica azul con calzón blanco. Ahora podría defender al equipo de su ciudad, si demuestra haber superado su grave dolencia. El hecho es que la Deportiva puede contar con un jugador con mucho futuro que ha demostrado su habilidad como defensa central por los equipos en los que ha militado. Además, se trata de un chico de 22 años que sumaría una nueva ficha sub-23 para el cuadro del Toralín y eso, aparte de su ascendencia ponferradina, ha sido valorado por los técnicos y dirigentes de la Ponferradina. Carlos está feliz por la posibilidad que se le brinda «yo he tenido ofertas de algunos equipos de Segunda División B (Lugo, Pontevedra o Marino suspiraron por hacerse con sus servicios) pero mi principal deseo es quedarme en mi tierra, donde está mi familia y además me he casado este verano y mi mujer también es ponferradina, así que estoy en mi casa». Hace un par de días Tartilán se puso en contacto con él y ayer las negociaciones las llevó su representante, Tomás Durán, para llegar a un acuerdo con la Deportiva al que sólo le falta el trámite médico para quedar plasmado sobre el papel. En los próximos días será reclamado por los servicios médicos del club berciano para proceder al examen médico que servirá para salir de dudas, aunque el chico es tajante al respecto «la lesión ya está olvidada, de hecho cuando me recuperé allí en Lleida seguí entrenando con el equipo hasta el final de la temporada». Le queda un resquemor, no le renovaron tras habérselo prometido.