Diario de León

OPINIÓN Pardeza

Dentro y fuera de casa

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Partamos de la base de que el propio hogar es un reducto de confianza. Y añadamos, según decía Ruano, que el amor parte del conocimiento. Con estas premisas podríamos explicar la diferencia que representa jugar dentro y fuera para cualquier equipo. Por más que digan unos, y refunfuñen otros, casi todo el mundo actúa mejor en su estadio natural que en el ajeno. Que existen excepciones, no vamos a negarlo. En casa cuentan el aliento de tus seguidores, la familiaridad simbólica con el vestuario, el reconocimiento amable con cada rincón del estadio, una voluntad de acierto y una insistencia de triunfo. Lejos de estas referencias, extrañado en el tiempo y el espacio, al jugador, la use o no, se le presenta una inestimable coartada para exculparse con evasivas y disuasiones. De otra parte, si jugando como local, el empate se tiende a ver como un fracaso y un paso atrás, como visitante ese punto admite calificativos menos agrios, fuera de que siempre es posible encajarlo en esa teoría algo pánfila de la media inglesa. Todo lo cual, acaso no baste para explicar los tropiezos del Real Madrid, Deportivo y, en menor medida, del Valencia. Hace tiempo, me convencí de que el fútbol moderno sólo puede sobrevivir sobre dos lanzaderas, no fáciles de integrar: la del talento y la del método. A mi juicio, la socorrida igualdad de esta época se debe más al progreso del método en los equipos pequeños, que a la mejora de la calidad individual. El método es a la ciencia, lo que el talento a la magia. El problema para los equipos mágicos empieza cuando se produce un suspenso en las artes de prestidigitación, lo que provoca una crecida de orgullo metódico capaz de paralizar al más imprevisible de los genios. Definitivamente, no se exhibe idéntica personalidad fuera que dentro de tu estadio. Hay una distancia de sentimiento y una quiebra de síntomas confortables que no todo el mundo logra comprender y afrontar.

tracking