El Ademar tampoco puede en Valladolid

Tampoco pudo el Abanca Ademar con el Atlético Valladolid (29-29) en un derbi que los de Pucela llegaron a dominar hasta por cinco tantos de ventaja pero que dejaron escapar en un tramo final plagado de desaciertos. Los de Cadenas reaccionaron a tiempo y en el minuto 48 se reenganchaban a un duelo (25-25) sin nada en juego más que el prestigio. Pero tratándose del club vallisoletano eso siempre basta. Lo cierto es que visto lo visto las tablas parecen justas. Hubo ritmo, intensidad leonesa en el segundo acto y demasiados errores en ambos bandos. Incluso Jaime Fernández gozó de un ataque en los últimos segundos que bien hubiera valido los dos puntos, pero el extremo lo hizo todo bien —zafándose de dos defensas— menos la finalización. Su tiro lo atrapó Carlos Calle y el conato de remontada se quedó a medias.

No está siendo la Liga del Ademar y no todas las razones se explican en la pandemia ni en el cansancio físico que acumulan. Hace falta un análisis más profundo cuando caiga el telón de la temporada pero el equipo hace tiempo que se dejó ir. De hecho desde que lograrán la clasificación europea —vía copa del Rey— los números en la principal competición nacional dejan mucho que desear. Y para muestra un botón; en las últimas tres jornadas acumulan dos derrotas y un empate. Son séptimos a catorce puntos del segundo —Bidasoa Irún— y a ocho del tercero —Balonmano La Rioja.

El equipo volvió a mostrar dos caras en Valladolid. Otra de las máximas que se repiten una y otra vez este año sin que Cadenas dé con la tecla para erradicarla. En la primera faltó compromiso defensivo, serenidad a la hora de afrontar las jugadas en ataque posicional y mayor aportación de la segunda línea. Tras el paso por vestuarios, por contra, metieron otra marcha demostrando que gasolina sí queda. No fue suficiente para doblegar a los de Pisonero porque la moneda últimamente sale siempre cruz, pero al menos dejaron una sensación más positiva. Aunque a nadie se le escapa que este Ademar pide ya las vacaciones a gritos. Aún falta una larga semana más antes de verse las caras con Granollers en el Palacio. Un encuentro, por cierto, donde los catalanes se pueden estar jugando el escalón de bronce de la Asobal y por tanto billete para la Liga Europea de Balonmano. Huele a otro marrón de los grandes.

El de ayer comenzó con un primer tiempo de ida y vuelta donde los vallisoletanos aprovecharon mejor los errores defensivos de su rival, que una vez más demostró debilidad atrás. Demasiada. Ni el 6-0 ni tampoco en un sistema 5-1 con Jaime Fernández adelantado terminó de carburar el conjunto leonés, al que tampoco le sobran las ideas en ataque. Son, sin duda, los mismos males endémicos que arrastran los de Cadenas desde hace meses.

Lucin puso el 0-1 en el marcador pero la ventaja ademarista tan solo duraría hasta el minuto 6. Desde ese momento los de Pisonero fueron imponiendo un ritmo cada vez más alto. Solo los goles de Gonzalo Pérez, Marchán y Lucin evitaron que el Valladolid hiciese más sangre, porque la máxima se quedó en un +5 todavía remontable. Aunque las sensaciones del Ademar nunca fueron buenas. Los lanzamientos desde los siete metros y la espesura ademarista empezaron a aprovecharlo los locales para poner tierra de por medio hasta lograr una máxima renta de 14-9 (minuto 22) que obligó a parar el partido a Manolo Cadenas que veía cómo una vez más su defensa era totalmente superada sin aportación tampoco desde la portería, lo que le llevó a optar por suplir a Khalifa por Slavic.

Reaccionó en parte Ademar, que dejaría la cosa en 17-14 a falta de otros treinta minutos más. Tras la reanudación el cuadro leonés dio un paso adelante merced a un buen Feutchmann. Pero el Valladolid no se iba a dejar intimidar. Comenzó otro intercambio de golpes y de nuevo el +5 planeó sobre el Huerta del Rey.

Sería a partir del minuto 15 cuando el Ademar, por fin, comenzó a ponerle las cosas difíciles a los Serrano, Rodríguez y Álvaro Martínez en ataque, todo ello acompañado por buenas intervenciones de Khalifa. Y tres minutos después llegó un esperanzador 25-25. El Valladolid perdió toda la efectividad mostrada hasta el momento. Fue su momento de cortocircuito total al tiempo que los de Cadenas olieron la sangre poniéndose uno arriba. Pudieron ampliar esa renta al +2 pero de nuevo perdonaron desde los tiros de pena máxima. Pisonero paró el encuentro reordenando a los suyos y las tablas volvieron a reinar.

Ya solo faltan dos partidos atrasados por disputarse. El Granollers-Guadalajara y el Ademar-Granollers. El resto de equipos ya conocen su futuro. Descieden Villa de Aranda, Cisne, Puerto Sagunto y Guadalajara.