Quinteros no sumará más puntos

Paolo Quinteros disfrutará del baloncesto desde otra perspectiva. Ya no lo hará como jugador. El escolta argentino, protagonista del segundo ascenso de Baloncesto León a la élite de la canasta española, ha guardado para siempre en la taquilla de su palmarés su última equipación, la del Regatas Corrientes de su país, club con el que decidía poner el punto y final a su trayecto como deportista de élite.

Con 43 años Quinteros se retira. Detrás, un trayecto de más de dos décadas que iniciaba en el profesionalismo en su país para posteriormente hacerlo en Uruguay antes de regresar a una Argentina que desde el Boca Juniors daba el salto al otro lado del charco, a Europa. Fue precisamente León su primer destino en el Viejo Continente en el verano de 2006. Y el lugar donde empezó a forjarse la fama de excelso tirador. A pesar de su altura Paolo se erigió en un jugador letal, protagonista de una temporada brillante en aquel Climalia León que desde la LEB-Oro recuperaba un sitio en la élite. Su aportación fue decisiva en un vestuario capitaneado por Gustavo Aranzana en el que también destacaron otros jugadores que la afición leonesa siempre guardará en su retira como los Bernabé, Hughes, su compatriota Tuky Bulfony, Dumas, Dani García, Urko Otegui, Lucho Fernández, Jaime Peterson, Fran Baquer y Terence Leather.

Fue uno de os héroes de un ascenso que a la temporada siguiente no pudo vivir en el mismo equipo. Y eso que en León esperaban su presencia. Pero la oferta de Zaragoza pesó más dejando al club con el que había ascendido sin su presencia. Y a una afición que a pesar de quererlo e idolatrarlo durante una campaña pasó en algunos casos a odiarlo al considerar una traición su marcha. En Zaragoza jugó cuatro años siendo también en esa época uno de los fijos de la selección argentina junto a los Ginóbili, Scola, Delfino, Prigioni o Nocioni.

ADIÓS EN UNA CARTA DE DESPEDIDA

«Nos conocimos allá cuando tenía 5 años, fue amor a primera vista, me acompañaste incondicionalmente hasta hoy, que decidí soltarte la mano. No fue fácil tomar la decisión, después de tantos años juntos, pero era necesaria para poder empezar a vivir otra vida, como siempre la llamé, ahí me esperan cosas nuevas, nuevas responsabilidades...», escribía Quinteros anunciando su retirada en una carta en la que añadía que «sepas que en todos estos años que han pasado, siempre lo he dado todo».