Diario de León

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El Ademar aprende a sufrir y somete al Bidasoa (35-33)

Los leoneses completan un gran primer tiempo, que les dio una renta de siete goles al descanso, y aguantan el chaparrón vasco en el segundo tiempo para engancharse de nuevo a la lucha por Europa Enorme partido de Deividas Virbauskas y su lanzamiento exterior que lideró el triunfo ademarista

Virbauskas fue e mejor del Ademar en el triunfo sobre Bidasoa. FERNANDO OTERO

Virbauskas fue e mejor del Ademar en el triunfo sobre Bidasoa. FERNANDO OTERO

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Dos caras —una en cada tiempo—, dos maneras de afrontar un duelo contra un rival directo y dos puntos de oro (35-33) para mantenerse en la pelea por Europa. El Abanca Ademar rozó la perfección en ambas áreas en el primer tiempo de su partido contra Bidasoa (18-11 al descanso) y después tuvo que bajar al barro más de lo que habría deseado. Pero nadie dijo que la cosa con los de Jacobo Cuétara fuese a resultar sencilla. Nunca lo es. Y aunque las costuras volvieron a quedarse descosidas en la retaguardia, esta vez los de Cadenas supieron sufrir y a falta de fuerzas lo que sí hubo en los minutos decisivos fue cabeza. La puso Juan Castro y el resto se contagiaron de esa paz necesaria que solo la experiencia te regala. 

Cuatro minutos y medio. Eso fue lo tardó Santista en inaugurar el marcador. Antes, paradas de ambos porteros y errores por ambos bandos. No es Bidasoa un equipo que deje correr al rival y eso obligó a Cadenas a parar enseguida el duelo porque los suyos andaban muy estáticos y espesos en el ataque posicional. Y le vino bien, porque más allá del +2 de renta, el Ademar metió otra marcha en las dos áreas.

Los hermanos Virbauskas tomaron el mando a los quince minutos y Deividas colocó dos buenos lanzamientos poniendo el 11-8 al minuto 20 y dejando claro que era su noche. Y a falta de un Antonio Martínez desacertado, emergió la figura de Darío Sanz en el otro extremo para disgusto de un Jacobo Cuétara que no daba con la tecla con la que resetear a sus jugadores. Al minuto 25 el técnico de Bidasoa pidió su segundo tiempo muerto viendo impávido el ciclón que en ese momento estaba siendo el Ademar. A falta de Castro, David y Antonio —los que habitualmente tiran del carro— Deividas y Sanz se pusieron el traje de faena mientras Saeid, una vez más, se crecía bajo palos. Listo el iraní, que sabe encender como pocos a la parroquia local y de paso sacar de sus casillas a los rivales con un toque pillo siempre necesario. 

Gran trabajo de todo el conjunto leonés en defensa, sobre todo de una segunda línea que dio el salto de calidad. Desde que Cadenas paró el partido en los primeros minutos, el Ademar cambió la actitud por completo, se concentró e impuso un ritmo de juego acorde a sus credenciales. Eso se tradujo en un prometedor 18-11 al descanso. Y como las cosas que funcionan no han de tocarse, el de Valdevimbre mantuvo a Deividas en el lateral para pesadilla del Bidasoa, incapaz de frenar su tiro exterior.

El bajón de siempre

Tiene un problema el Ademar en el centro de su defensa y Cuétara lo sabe. La fragilidad cuando no está Santista es notoria —también lo es con él en la pista, pero lo disimulan más— y Bidasoa encontró un filón por donde atacar. Cadenas volvió a pedir tiempo muerto antes del minuto nueve temiendo que la renta de +7 se diluyera antes de la cuenta. Y eso fue precisamente lo que sucedió. El bajón ademarista atrás se tradujo en un +4 visitante que encendió las alarmas (25-21, minuto 41). Quedaba un mundo y Bidasoa lo estaba conquistando merced a un Ademar descosido y cansado (28-26, minuto 48).

Era momento para los líderes y Cavero no falló en Bidasoa, lo mismo que Castro, David Fernández y Antonio en el Ademar. Las espadas estaban en todo lo alto y cada ataque era una guerra psicológica que librar. La exclusión de Tesoriere en el 28 dejó tocados a los vascos cuando la balanza estaba entre el +1 o el +3 que finalmente impuso Martínez para desatar la locura en el Palacio (35-33).

Cadenas: "Nos falta encontrar nuestra identidad"

«Después de un aceptable primer tiempo esperaba que jugásemos mejor en el segundo, pero defendimos mal y estuvimos en peligro», se quejó el entrenador leonés. «Ya hemos perdido demasiados puntos hasta ahora y esta victoria es importante para seguir arriba. Nos falta buscar nuestra identidad como equipo, somos muy irregulares. En los partidos hay que ser más consistentes y un partido como el de Bidasoa no podemos ponerlo en peligro». Para Cadenas el centro de la defensa del Ademar volvió a ser un problema. «Fue un socavón, estuvimos muy flojos ahí permitiendo muchas acciones uno contra uno. Yo tardé en pasar del 6-0 al 5-1, debí cambiarlo antes». 

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