Diario de León

Balonmano | Liga Asobal

Domingo de palmas para un aclamado Ademar (37-27)

El Ademar sumó una victoria importante ante Cuenca.

El Ademar sumó una victoria importante ante Cuenca.MARÍA FUENTES

León

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Arrasador de principio a fin, el Abanca Ademar regresó al calor del Palacio de Deportes en su mejor momento de los últimos cinco años (37-27). Y ya no es tanto que gana sino cómo lo hace; con una autoridad y un nivel de confianza sobresalientes. Y eso no es casual. Liderados por un colosal -perdón, pero es que se me acaban los adjetivos- Carlos Álvarez, los de Gordo no se permitieron un segundo de calma y ya en los primeros cinco minutos noquearon a un Cuenca que no imaginaba la que se le veía encima. Sustentados en la defensa -y por Saeid-, los maristas marcaron un ritmo de encuentro imposible siquiera de replicar en ninguna fase.

Tres buenas acciones defensivas de los leoneses en el inicio de partido, con Saeid como gran aliado, propiciaron un 5-1 que sin duda sorprendió al Cuenca y sentó las bases de lo que se iba a encontrar. Y si de pasos al frente de los menos habituales se trata la cosa, Adelino se subía al carro pronto con dos grandes goles desde el lateral derecho, hoy sin el lesionado Wasiak.

La sociedad Popovic-Martín le ha regalado una solidez esperanzadora al Ademar y más cuando Casqueiro y Lodos están también en las ayudas. Un comienzo brillante de los de Gordo atrás que obligaba a Lidio a parar el choque en el 9 (7-2) porque su ataque en estático no carburaba.

Rápidos, concentrados e intensos. Así se mostraron los ademaristas en ambas áreas, lo que exigía un nivel de acierto tremendo a Cuenca, sin duda sobrepasado por el planteamiento del Ademar, que tanto desde los laterales como en el pase al pivote o a los extremos castigaron una y otra vez hasta colocar un 11-4 escandaloso en el minuto 15.

Un ciclón, eso era el Abanca Ademar. Saeid tapaba las pocas lagunas defensivas de sus compañeros y arriba Carlos Álvarez aprovechaba cada contra 'made in Ademar' para golpear como un martillo pilón a los visitantes. Lo del extremo marista es de analizar, qué locura de jugador y vaya ovación de llevó de la parroquia local.

Cuenca estaba, literalmente, hundido. Sabía del potencial leonés en el Palacio, aunque seguro no imaginó la que se le veía encima (17-7, minuto 26). Solo la lesión de Lodos, que tuvo que retirarse al vestuario tras recibir un fuerte golpe en una acción que solo se castigó con golpe franco, empañaba un primer acto muy serio del cuadro ademarista, que ha hecho de su casa una fortaleza (20-9 al descanso).

Carlitos salió como una moto colocando un +11 prometedor. Cuenca iba a tener que cambiar por completo su esquema para meterle presión a un Ademar desencadenado que recoge los frutos de su trabajo cada día con mayor abundancia. Ojo porque no es baladí encajar solo nueve goles en la primera parte ni lograr 26 en apenas 38 minutos.

Los de Gordo borraron del mapa a Cuenca, que ya sólo ansiaba un pitido final aún lejano que acabara con la tortura a la que Ademar le sometía (29-17). Con el triunfo ya asegurado extrañó que el entrenador de Pucela no diese minutos a los menos habituales, quizá fue otro mensaje a navegantes después de lo visto contra Sinfín. Salieron en el tramo intrascendente.

Confirma este Ademar que lo de las temporadas de transición no se contempla. Si este nivel se exporta a domicilio, no descarten nada amigos. Este equipo va muy en serio.

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