PRIMERA DIVISIÓN
Sólo falta ganar la otra media Liga
La Real Sociedad hizo un notable ejercicio de orden, paciencia, fe y definición para, 23 años después, proclamarse campeona de invierno con grandeza e invicta. Le bastaba el empate pero ganó en el Vicente Calderón, un campo mald
Kovacevic se lleva la pelota en presencia de una nutrida representación de la zaga atlética
Al primer tiempo, que se pasó volando, sólo le faltó el gol. Tuvo de todo, juego, alternativas, ocasiones, polémica y hasta tres balones al palo. Uno de Albertini, en un sensacional lanzamiento de falta lateral que rozó antes un inmenso Westerweld, y dos de la Real. De Pedro, con su zurda mágica, estrelló a la madera un lejano golpe franco, y Kovacevic cabeceó con violencia al poste un córner. En el cómputo global de ese período, el Atlético fue mejor, más agresivo, rápido, insistente y profundo. Dispuso de otras dos ocasiones pintiparadas, un testarazo de Correa que salvó Rekarte bajo palos y, sobre todo, una dudosa penalti de Kvarme a Torres que el ''charrúa'' telegrafió al portero holandés, la gran figura de su equipo en la noche madrileña. Aranburu, clave El vibrante duelo se volvió todavía más loco en la reanudación. La Real se desplegó al ataque y tuvo más toque y posesión, con Aranburu en lugar del defensivo Jáuregui. El Atlético siguió valiente pero dejó más espacios, producto de su lógico cansancio, y volvió a cometer sus habituales e incomprensibles despistes defensivos. El 0-1 de Tayfun, en el primer minuto de la segunda parte, fue un ejemplo de libro de pasividad defensiva. El balón se paseó dos veces en horizontal dentro del área hasta que apareció el turco. Empató enseguida Luis García, pero ya se veía que la Real estaba mejor y más fresca, y los madrileños atascados. Rekarte, un lateral discreto aunque este curso ha evolucionado de forma notable, dejó en pésimo lugar a un menor Sergi antes de que Kovacevic firmase el golazo del triunfo y del campeonato de invierno.