Clemente sí frenó al Madrid

El Espanyol saltó con la base que Clemente ha impuesto desde su llegada. El orden defensivo, la presión y el juego directo eran sus mejores armas. El Madrid trabajaba con su habitual sistema. Juego de control aprovechando la inmensa calidad técnica de sus jugadores. El duelo fue intenso. No exento de jugadas de nivel, ambos contendientes se ejercitaban con fervor. El Espanyol esperaba su oportunidad parapetado en un sistema inteligente. Sabedor de sus limitaciones, los blanquiazules esperaban su oportunidad a la contra dejando que fuera su adversario el que llevase la iniciativa. El Real Madrid salió con fuerza. Intentó cercar la portería de Toni aunque la mayor parte de las ocasiones topaba con la retaguardia blanquiazul. Los blancos trenzaban pocas jugadas de peligro pero dominaban la contienda. Mientras tanto, los Tamudo y compañía esperaban agazapados. Aunque la capacidad de entrega y la concentración de la zaga del Espanyol evitaba las intentonas madridistas. El Espanyol fue creciendo a medida que su poder de lucha fue ganando terreno. Dos acciones en tan sólo cinco minutos al filo del descanso abrieron una brecha importante en el marcador. La capacidad de recuperación del Espanyol permitió a los de Clemente desnivelar el marcador. Roger, a pase de Milosevic, se inventó un magistral disparo que se coló en la portería de Iker Casillas. Instantes después un saque de esquina lo recogió el mismo Roger desde la frontal del área. Esta vez su disparó lo salvó Hierro que, sin embargo, no pudo evitar el remate de Tamudo. El Espanyol no podía ser más efectivo: dos remates entre los tres palos y dos goles. El conjunto blanquiazul estuvo a punto de dictar sentencia a los diez segundos de la reanudación. Maxi envió un trallazo que entre Iker y el poste evitaron que se colara en la portería blanca. El Madrid estaba contra las cuerdas. Con la remontada en la cabeza, los de Del Bosque apretaron los dientes y lanzaron toda su ofensiva. La calidad individual de los madridistas atenazaba a su adversario, que no podía salir de la cueva. Tanta presión acabó poniéndole emoción al tramo final del partido. Roberto Carlos agarró un rechace en la frontal del área que el brasileño convirtió en el primer tanto visitante. El Espanyol acusó el golpe varios minutos. No demasiados porque Maxi tuvo otra vez en sus botas incrementar la diferencia pero Iker acertó. El partido se encendió. La emoción estaba servida. Figo, con la inestimable ayuda de Toni, contribuyó a aumentar la tensión. Un disparo de falta del portugués consumó el empate. El partido iba a mil por hora. La calidad de las estrellas blancas estuvo a punto de consumar la remontada.