Salir de la crisis

Cinco partidos, dos puntos. Entrada en la vía angosta de la crisis. Tres partidos, nueve puntos. Salida de la vía angosta y entrada por la autopista de la esperanza. De la crisis a la entrada holgada en el sprint final de la familia preliminar de la Liga. Y la presencia en la fase de ascenso virtualmente asegurada. Así de fácil y así de difícil. Pontevedra, Pájara Playas, Zamora. Tres piedras en el camino ante las que no se puede tropezar. Dos a salvar en el nuevo Amilivia, una en la cancha del Pájara Playas. Con todo, la salida por la vía ancha está al alcance de la Cultural. Dejando a un lado la búsqueda problemática de picos de forma física para estar en el mejor momento en la fase de ascenso. Lo evidente es que hay que llegar primero a estar en esa fase. Ya lo decía el arriero en su canción: «Que hay que llegar el primero, pero primero hay que llegar». Sabia filosofía. Primera etapa, en el Nuevo Amilivia con el Pontevedra como adversario. Nada fácil; porque los gallegos tienen y buscan el mismo objetivo. Van caminando con paso vacilante, aquí tropiezo, aquí me levanto y aún así se encuentran en el tercer lugar de la clasificación. Y ello pese a haber perdido la última jornada en su campo con el Zamora, equipo que viene fuerte y se ha aupado al segundo puesto. El Zamora tercera piedra en el camino, también rival en el Amilivia. Y en el intermedio el Pájara Playas, nada fácil en su feudo, por las condiciones climáticas y las específicas del terreno de juego. Todo un reto. Tres partidos, tres victorias, y a olvidar el pasado reciente. Primera piedra en el camino, el Pontevedra en el Nuevo Amilivia. no se puede enmarcar dentro de la línea recta la trayectoria que lleva en la Liga el equipo histórico gallego, quien como la Cultural, aunque con más temporada, transitó por la verde pradera de la primera división. Aquel Pontevedra del «Hay que rocío»; del que era pieza básica el leonés Vallejo, como lo había sido en tiempo pretérito de la Cultural. Un partido en el que solo vale ganar. No sirve el empate. Difícil compromiso. Será preciso que el cuadro culturalista juegue al máximo de sus posibilidades físicas y técnicas; fluido en ataque y firme en defensa. Ni ataque ni defensa han estado a la altura debida, caso y cosa extraña en la retaguardia que ha sido siempre el bastión del equipo. Jugar en plenitud y tener el respaldo total, sin fisuras de los aficionados; porque somos marineros del mismo barco, y es preciso remar con fuerza en la misma dirección. La que lleva al puerto deseado.