Diario de León

Tramos sin muerte, todo un placer para el pescador de mosca

En la provincia hay actualmente dieciséis tramos libres repartidos por los mejores ríos

Un aficionado a la pesca sin muerte disfruta de una buena jornada en un tramo libre del río Esla

Un aficionado a la pesca sin muerte disfruta de una buena jornada en un tramo libre del río Esla

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Pedro Vizcay - león
León

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Muchos pescadores, entre los que me incluyo, disfrutan tanto del placer de una buena jornada de pesca como de la posterior degustación de unas suculentas truchas fritas con jamón u horneadas cuando su peso y tamaño lo permiten, pero en los últimos tiempos se está incrementando el número de aficionados que practican la pesca sin muerte. A estos hay que sumar la gran mayoría de turistas que vienen a León a pescar y deciden no llevarse las truchas por la dificultad que su conservación y transporte entraña. Compaginar los intereses de ambos colectivos de pescadores es una tarea necesaria y delicada. Buscar otras justificaciones conservacionistas para favorecer la pesca sin muerte no tiene sentido y siempre encontraremos múltiples razones para defender ambas posturas. La normativa de los últimos años viene favoreciendo la pesca sin muerte. Además de los jueves, día hábil para pescar pero únicamente en esta modalidad, son muchos los acotados que se destinan con exclusividad a la pesca sin muerte y la gran mayoría reservan para el mismo fin una de sus cuatro jornadas semanales. Además, y cuando finaliza la temporada ordinaria, en varios ríos sigue permitiéndose pescar durante el mes de septiembre y parte de octubre, devolviendo al río las capturas. Para el pescador de mosca septiembre es un mes excepcional. Obligadas a incrementar su actividad para afrontar el invierno y las frezas las truchas están «puestas» mucho tiempo y, pese a que son bastante selectivas, dan mucho juego al especialista en mosca seca. A favor de prolongar la temporada estarían los puristas de la mosca seca que no tendrían reparos en compensar el exceso de jornadas en base a que la apertura de la veda se retrasase. En contra quedarían los pescadores tradicionales de mosca ahogada, cebo natural y cucharilla que en agosto acostumbran a colgar la caña y que ven en esta prolongación un castigo innecesario para la tranquilidad que la trucha requiere de cara a su reproducción. Demasiados furtivos Los tramos de pesca sin muerte, por una lógica natural, deberían tener muchas más truchas y de mayor tamaño que el resto de tramos de río. Desgraciadamente esto no sucede siempre. Las quejas de muchos aficionados en el sentido de que estos lugares se convierten en Cotos Privados de los furtivos tienen bastante fundamento. El pasado año, sin ir más lejos, la guardería del Porma detuvo un automóvil en el que, tras el oportuno registro, aparecieron varias truchas que habían sido pescadas en el tramo sin muerte. La responsabilidad, en principio, recayó sobre el conductor, pero la gran sorpresa fue que el acompañante resultó ser el Presidente de una Asociación defensora a ultranza de la pesca sin muerte. El secretismo con que la Administración lleva estos casos indigna tanto a la guardería, que se encuentra desarmada, como y muy especialmente a los aficionados respetuosos con unas normas que, las más de las veces, no les gustan. Es más que posible que el interfecto se libre de la sanción alegando ignorancia pese a llevar las truchas debajo del culo, en el asiento. Ni siquiera llegaría a percibir el «suave aroma» que despedían. Pero lo más lamentable es que la mencionada Asociación no haya tomado medidas hacia su distinguido socio, bien por acción o simplemente por omisión, al taparse los ojos y la nariz para no ver a su furtivo acompañante. Con algunas excepciones la mayoría de los aficionados que disfrutan en las horas centrales del día en estos tramos respetan las normas. Cuando cae la tarde, sin embargo, cambia la situación. Pescar al sereno y llevarse las truchas es demasiado habitual en los tramos libres sin muerte y en los meses de septiembre y octubre. Así lo reconocen muchos aficionados que pescan en el Orbigo o el Esla y ven impotentes la acción de los furtivos. Pese a todo hay que reconocer que algunos tramos de los dieciséis con que cuenta la provincia tienen mucha trucha, comenzando por el del Esla, siguiendo por el del Porma y sin olvidar los del Bernesga y Torío, auténticos paraísos para el pescador de mosca. Quienes gustan de las amplias tabladas y ríos de ribera cuentan con los regulados, pero quienes prefieren los pequeños cauces de montaña o los regatos tienen tramos maravillosos en las zonas más bellas de León. NOMBRE RIO KMS LOCALIZACIÓN LE-1 BERNESGA 3 Villanueva de la Tercia LE-2 OMAÑA 2,5 Entre los Cotos del Castillo y La Omañuela LE-3 TUERTO 2,5 Por encima puente de Fontoria de Cepeda LE-4 YUSO 2,5 Puente Barniedo de la Reina (por encima) LE-5 TORRESTÍO 3,2 Desde la confluencia con el río Luna LE-6 ORZA 3 Cruce carreteras Cuénabres a Casasuertes LE-7 DUEÑAS 7,5 Encima confluencia con el río Esla LE-8 PORMA 3,5 Por encima Coto de Cerezales LE-9 LUNA 3,5 Por debajo puente de Mora de Luna LE-10 PONJOS 13 Todo el río (Valdesamario) LE-11 ÓRBIGO 3,5 Desde Alcoba a Villanueva de Carrizo LE-12 TORÍO 2,5 Desde Pedrún a Pardavé LE-13 CÚA 4,5 Encima puente de Villabuena LE-14 VALCARCE 6 Por encima Coto de Pereje LE-15 VALCARCE 2 Por debajo Coto de Pereje LE-16 ESLA 3,8 Por encima azud canal en Villomar

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