Diario de León

BALONMANO

Ademar recurre al contraataque para resolver un amistoso blando

La escuadra leonesa exhibió un buen tono físico pero evidencia problemas de cohesión

Yeray Lamariano fue intervenido satisfactoriamente de su tobillo

Yeray Lamariano fue intervenido satisfactoriamente de su tobillo

León

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La complicada tarea de resolver con acierto las labores inherentes al ejercicio de ser central en Ademar, tiene un nuevo inquilino con problemas. Las mismas angustias que conocieron Demetrio Lozano, Csaba Bartok, Raúl Entrerríos o Marne (en realidad, en la historia reciente del equipo, apenas José Luis Pérez Canca se ha librado del trago) le tocan ahora a Uros Zorman, que a tenor de lo que cuentan los videos y las referencias, es un buen central, tiene balonmano debajo del tinte rubio del pelo, y sabe lo que se hace. Lejos de los tópicos de la aclimatación y esas pamplinas, a Zorman le atenaza la amenaza de la colleja, dialéctica o física. «Hay que poner intensidad, pero hay que saber cuándo y dónde hay que ponerla» significó Manolo Cadenas en el post partido. «Hay acciones en las que importa el grado de aclimatación al colectivo, pero en otras, es tema individual». El caso es que a Uros, no se le puede haber olvidado jugar al balonmano en dos meses, y que no juega ahora como lo hacía en Prule. Los motivos, para el análisis. Ademar cumplió un trámite de esos que imponen más los despachos que la lógica y dio cuenta de un equipo bastante bien armadito para la División de Honor B, que suma en sus filas algún nombres ilustre como el de Jordi Fernández y figuras al alza como Ruesga. El caso es que la oposición que planteó el equipo asturiano dio de sí lo suficiente para demostrar que Jorge Martínez tiene hambre de balón, de portería y de oportunidades, que Raúl Entrerríos está un poco más maduro a estas alturas que al término del año anterior, que el experimento Kjelling en el centro del 6-0 con Colón es más curioso que efectivo y que en las alas, Juanín y Krivochlykov son dos puñales con ganas de divertir y divertirse. León probó un ratito el 5-1 de Curuvija avanzado sin más particularidad y dispensó toda una ensalada de acciones a la contra que demostraron que, en el arte del contraataque, casi más importancia que una buena finalización tiene un mejor servicio, y en esas lides, aún queda asunto que trabajar. Fallaron al compromiso Roberto y Metlicic, con permiso del técnico, porque la cosa tampoco daba para mucho más. «No se pueden sacar muchas valoraciones de un partido de este tipo porque el rival tiene unas cualidades concretas, pero lo que sí sabemos es que jugadores como Marko (Curuvija) o Uros (Zorman) necesitan entrar en el juego con más dinamismo. El equipo está bien en el tema físico, y lo que tenemos que tener claro desde un principio es que no tenemos una plantilla como para pasar por encima de nadie arrasando, pero sí para ganar a cualquiera, aunque con mucho esfuerzo y más dedicación aún». Pues eso. Declaración de intenciones realizada. Y mañana, toca el último amistoso con el Arrate en Eibar. Antes, Juanín se lleva el premio al mejor extremo del año...

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