Diario de León
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Continúan los mismos derroteros en este grupo VIII de la Tercera División en cuanto a los representantes provinciales. Las victorias escasean y cuando se consiguen es entre sí, como es el caso del doble enfrentamiento producido el pasado fin de semana. La irrregularidad demostrada hasta el momento es el hecho que domina. Lo que más asusta es la nula capacidad goleadora. El conjunto bañezano parece empezar a atisbar claros y supo imponerse a la escuadra ponferradina poniendo toda la carne en el asador de principio a fin. La lucha, entrega y, por supuesto, el acierto goleador en el momento clave fueron las virtudes derrochadas para sumar tres puntos. Este triunfo mantiene las aspiraciones de remontar e ir hacia posiciones más altas, aunque de poco sirve si esto no tiene continuidad. La regularidad es primordial para llevar la nave a buen puerto y si esta desaparece los milagros en el fútbol no existen. La primera piedra está puesta para continuar el camino que precisamente no va a ser de rosas. Creer en las posibilidades y crecerse ante rivales fuertes debe ser la medicina de esta temporada. Llegó la primera victoria del Atlético Bembibre y lo que es más importante, el primer gol en esta campaña. Los tres puntos deben frenar la ansiedad y la preocupación existente, aunque lo realizado no es para tirar cohetes. Los defectos persisten y las malas sensaciones, también. Mucho tendrá que mejorar el conjunto rojiblanco para sacar los partidos adelante, porque lo que se vé venir es un sufrimiento constante en cada encuentro. Los regidores del club berciano deberán coger el toro por los cuernos y poner soluciones, así como los responsables políticos. Los enfrentamientos entre unos y otros sólo tienen un gran perjudicado: el Atlético Bembibre. Difícil el papel que tiene Eduardo Álvarez para sacar a flote a la Cultural B. Con el casillero en blanco tras cuatro jornadas disputadas, la andadura comienza a pesar en exceso. La necesidad de lograr un triunfo empieza a ser agobiante. El querer y no poder y la impotencia es lo demostrado hasta ahora. Lo que realmente importa es el cómo salir de esta situación, aunque el aspecto anímico no es el más idóneo. No se debe mirar atrás y sí hacia adelante. Hay que crecerse ante las adversidades, porque de nada sirve lamentarse ante lo sucedido. La confianza en su joven y debutante técnico debe ser máxima y la unión de todos vital en estos momentos. No corren buenos tiempos en el Promesas Ponferrada, y es que los inicios no están respondiendo a las expectativas. La realidad continúa siendo la misma y un equipo con buenos jugadores debe demostrarlo en el terreno de juego, y más cuando se tiene capacidad para ello. El esfuerzo debe de ser de todos y cuando en un engranaje falla alguien todo se va por la borda. La Hullera sufrió en Santa Bárbara su primer varapalo de la temporada, ante un Becerril que no había ganado nunca en Ciñera. Los de López fueron inferiores, pero están a tiempo de corregir defectos y errores para recuperar la firmeza en su feudo.

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