El Celta arranca unas meritorias tablas al Milan en un duelo táctico (0-0)

El himno de la Liga de Campeones sonó por primera vez en Balaídos, pero la afición del Celta no pudo cantar la Rianxeira por la victoria de su equipo. El Celta, con un trabajo sacrificado pero sin demasiada inspiración, no pudo superar la disposición defensiva de un conservador Milan. El 0-0 reflejó en el marcador un duelo puramente táctico y con escasas concesiones al espectáculo, que complica la trayectoria celeste en la competición. No encaraba el partido el Celta en la disposición más favorable, después del conflicto entre jugadores y directiva por el tema de las primas. Pero los vigueses buscaron la victoria desde el inicio, al amparo de una atrevida apuesta táctica de Lotina, que decidió prescindir de delantero centro en beneficio de un trío de ataque más dinámico. El técnico pretendía con ello más movilidad para descolocar a la contundente zaga italiana. El conjunto olívico tocaba bien la pelota e intentaba abrir el juego por las bandas, aunque la peligrosidad local moría en las cercanías del área. La defensa milanista no ofrecía fisuras, justo lo contrario que la zaga celeste, menos inquietada por los ataques rivales, pero más expuesta a la inspiración de hombres como Rui Costa o Kaká y a la velocidad de Shevchenko. Lo cierto es que el Milan no parecía estar incómodo sin el balón a la vista de la improductividad de los ataques del Celta y de su facilidad para obtener un gol donde no lo hay. A los puntos, los vigueses hacían más méritos y poco a poco ganaban metros a la defensa, pero Nesta y Maldini eran una barrera infranqueable para los centrocampistas olívicos, esta vez convertidos en delanteros. A base de triangular y aún sin poner a prueba a Dida, los locales crearon un par de claras ocasiones, pero poco más. De hecho, el acontecimiento más reseñable del primer tiempo fue la lesión de Contreras tras un codazo de Shevchenko. El chileno quedó aturdido tras el golpe y no pudo terminar el primer tiempo. Poco cambió el partido en la reanudación, con un Milan al que le valía el empate. El Celta siguió a lo suyo, aunque algo más replegado, pero el cambio de rumbo del choque parecía reservado únicamente a una jugada individual o a un disparo desde la frontal aprovechando la rapidez del campo. A la vista del resultado, Lotina cambió de estrategia e introdujo a Milosevic en el campo, en busca de una mayor capacidad de resolución. Los olívicos apostaron entonces por menos toque y más por el juego directo y de contraataque. Pero también Ancelotti debió ver posible la victoria y dio su oportunidad a Inzagui y Rivaldo. El cansanció abrió más el partido pero al final nadió logro marcar.