Diario de León

Ganó Ademar, pero con apuros

El Ademar tuvo ayer muchas más dificultades de los previstas para marcar diferencias con los austriacos del Superfund Hard; un equipo que venía como víctima propiciatoria en los primeros compases de la Copa de Europa y que demostró ser un rival

DANIEL

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León

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La guerra histórica por la concienciación real de lo que debiera ser en León el balonmano como deporte, ganó ayer una batalla crucial. Meter casi cuatro mil almas, con el cocido todavía en el gañote, sin hacer caso de la tentadora posibilidad de quedarse en casa delante de la tele y contra un rival de no demasiado nombre, es un triunfo muy significativo. Mayor que el que consiguió el equipo. Porque Ademar, conjunto experto en jugar «muy bien contra los buenos y muy mal contra los malos» (Héctor Castresana dixit), tardó medio partido en caer en la cuenta de que las referencias que se tenían del campeón de Austria estaban equivocadas y pasó más angustias de las debidas en el primer envite de la Liga de Campeones. Superfund Hard sorprendió al Ademar... y a sí mismo. La formación de Manolo Cadenas ya tiene los dos primeros puntos de la competición continental. Pero con más sudores de lo que se le presuponía a la tarde. El único periodista extranjero en el Palacio calculaba quince goles de diferencia mientras observaba el calentamiento, y a los siete minutos de partido ya había cuatro... a favor del Hard. Así que el 5-1 defensivo de salida en el bando local duró 14 minutos, porque a la vista de que el bloque austriaco no perdía un sólo balón en defensa, regalar al rival además la opción de ataques fáciles, era arriesgar más de la cuenta. León encontró el 6-0 más sólido en los momentos en los que Vatne y Prendes se hicieron cargo del centro de la defensa. El ataque austriaco se atascó y pasaron siete minutos con un gol por toda renta ofensiva. (7-8 aún así). Bergemann, el técnico forastero, paró el tiempo. Minuto 17. «Si entramos en su juego, nos machacan. Vamos a intentar perder de pocos goles». Tiene buena pinta el trabajo del mister. O por lo que sabe, o por las 1.150 cintas de vídeo que tiene guardadas en casa, el caso es que supo llevar el partido al terreno que le convenía y al descanso, todavía estaba en el tema del empate. Y eso que llegó a quedarse con cuatro jugadores en pista por una exclusión y un cambio ilegal del pobre Messner, que en el equipo tiene fama de bruto. «¿Qué vas a esperar de un tío que es del pueblo de Schwarzenegger». Siete base Cadenas recurrió a un siete más cercano al de gala para volver a pista tras el intermedio y el Hard empezó a bajar en el tono físico. Y quedaban 20 minutos por delante (22-20). Aún así, el campeón de Austria abrió la ruleta de las oportunidades, y hasta se permitió poner en pista a Robert Weber, un extremo de 17 años. Se veía venir que el partido se iba a abrir de un momento a otro. León solamente alcanzó un +5 por renta máxima(26-21) de todo el partido. Queda para el recuerdo la reacción de la grada ante el último minuto de partido. Bajo el aplauso al unísono, en el más puro estilo europeo, Ademar supo que hay días grises que se vuelven brillantes de repente. Y el de ayer fue uno de ellos. León ya ha aprendido lo que significa la Copa de Europa. Y eso vale más que los dos puntos.

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