Diario de León
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CIERTAMENTE LA SALSA del fútbol es el gol, pero conseguirlo cuesta mucho. En esta última jornada ningún equipo del grupo octavo de la Tercera División ha logrado marcar más de dos. Catorce tantos dicen a las claras la poca efectividad de los conjuntos. En lo que respecta a los representantes leoneses la sequía goleadora es total y de cinco encuentros en tan solo uno se ha podedido materializar un único gol. Los números son claros y consiguiendo batir una vez la portería rival se tiene un alto porcentaje de lograr los tres puntos en disputa. Mantener la puerta a cero es importante, pero más lo es el obtener goles que al final es lo que cuenta, y eso es de lo que adolecen todos los participantes. El filial de la Cultural no termina de asentarse esta temporada y acusa la falta de efectividad día tras día. De ocho encuentros disputados sólo en tres ha conseguido batir la portería adversaria. Sin embargo, la capacidad defensiva está siendo superada fácilmente siendo uno de los conjuntos más goleados de este grupo. La escasez de acierto unido a los descuidos defensivos están siendo mortales en cada choque para los jóvenes jugadores que dirige el nóvel Eduardo Álvarez. Ser un conjunto dependiente tiene como deber intentar sacar jugadores que puedan ser válidos para el primer equipo. Aunque también es cierto que si los resultados no llegan la moral decrece y el nerviosismo y la falta de confianza aparecen. Ser penúltimo clasificado produce inquietud, aunque la constancia y el creerse lo que realmente puede cada uno acaba obteniendo recompensa. El conjunto de La Bañeza no es el de temporadas anteriores y prueba de ello es su situación en la tabla, así como la dificultad demostrada para conseguir amarrar puntos. Cada partido es difícil sacarlo adelante, y el no cometer errores fundamental para conseguirlo, pero si éstos se producen la derrota está asegurada. Ser fuertes en casa para lograr la victoria es condición primordial para subir puestos, si no el peligro de la racha negativa empezará a merodear para el conjunto de Villanueva. La Hullera no mereció perder, pero quien no mete la bolita entre los tres palos no puede ganar. Prueba de ello, es que el club de Ciñera, con cuatro, es el que menos goles ha marcado del grupo. La necesidad y ansiedad del gol comienza a ser preocupante y más cuando se cometen errores defensivos. Superar esta falta de acierto es la prueba de fuego que debe iniciar de manera inmediata. El Promesas Ponferrada mantiene la trayectoria ascendente de restar puntos con los primeros clasificados. En un motor siempre se buscan piezas para mejorar el rendimiento, pero no se cambia entero si funciona. Lo mismo ocurre en la plantilla berciana. El equipo ha vuelto al camino recto. Ahora hay que cuidar que no se tuerza. El Atlético Bembibre parece empezar a ver visos de claridad y aunque continúa con el farolillo rojo el juego empieza a dar síntomas de mejoría. La unión, diálogo, concentración y buen hacer son factores fundamentales para salir de esas incómodas posiciones que amenazan tormenta.

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