Diario de León

Australia amenaza la hegemonía USA al situarse a sólo tres títulos

El juego del equipo español evidencia que en breve puede optar de nuevo a poseer la Davis

Publicado por
Miguel Luengo
León

Creado:

Actualizado:

La victoria del equipo australiano en la final de Copa Davis significó acortar más aún el estrecho margen con Estados Unidos, devolvió el trofeo a un país que ha peleado mucho por conseguirlo, pero también dejó claro que el conjunto español puede optar de nuevo, y en breve, a la lucha por el mismo. «La Copa ha vuelto donde pertenece», fueron las palabras del ex capitán australiano John Newcombe al celebrar el 28 título de su país en esta competición, a solo tres del líder Estados Unidos, que no gana desde 1995. Por cuarta vez en los 22 años del Grupo Mundial un país que había perdido en la primera ronda una temporada, ganó el título a la siguiente, y ese sentimiento de lucha es el que el capitán John Fitzgerald quiso destacar en el momento de gloria, agradeciendo a Lleyton Hewitt su capacidad para en su momento formar parte de un conjunto que luchó primero por mantener la categoría y luego por levantar el trofeo. Fitzgerald fue además coherente con sus declaraciones. Nada más saber que España era el rival en la final tras ganar a Argentina en Málaga, ya advirtió que incluso eligiendo hierba, la clase de los españoles les haría peligrosos. Durante los entrenamientos previos de la final mantuvo su postura. Y tras ganar el título volvió a ratificarse. «¿Cree usted que España podrá ganar alguna vez la Copa sobre hierba?», le preguntaron, y su respuesta fue definitiva: «Si te parece poco lo cerca que han estado ahora». Para los directivos y capitanes españoles tampoco se escapa esta posibilidad. Incluso en la derrota hay euforia por lo que puede suceder en el futuro. «Tenemos un conjunto que ilusiona, jugadores para soñar», dijo Arrese. «Hay capacidad para ganar a cualquier equipo y en cualquier superficie y gente llamando a la puerta como Nadal, Feliciano y Robredo que empujan», añadió Agustín Pujol, en la cena de despedida en la que los jugadores poco a poco se fueron animando para terminar con cánticos en un deseo de expulsar cuanto antes los malos recuerdos. A nadie se escapa que Ferrero tendrá que olvidar rápidamente este final de temporada. Han sido seis derrotas consecutivas, desde que perdió contra Jiri Novak en la tercera ronda del Masters Series de París, las tres de la Copa Masters de Houston contra David Nalbandián, Andre Agassi y Roger Federer, y las encajadas en Melbourne contra Lleyton Hewitt y Mark Philippoussis. Además, el último set disputado perdiéndolo por 6-0. «Creo que nunca me habían metido un rosco», dijo el valenciano, a quien unas vacaciones de una semana en las Islas Maldivas junto con su novia Patricia Bonilla le pueden hacer olvidar todo ese infierno que ha vivido, después de un año en el que ha anotado cuatro títulos, entre ellos el de Roland Garros, ha ocupado durante seis semanas el puesto de número uno del mundo y ha acabado la sesión como el jugador que más partidos ha disputado esta temporada con 88 (67-21), después de Andy Roddick (91), Roger Federer (95) y Rainer Schuettler (101). En la mente de Ferrero, probablemente los 23 minutos del quinto set contra Philippoussis tardarán en ser olvidados. Pero más todavía lo que sucedió en ese interminable descanso entre la cuarta y quinta manga, que cambió todo el guión previsto hasta el momento. Ni el propio «Scud» sabe lo que sucedió. Si fueron las manos mágicas de su fisioterapeuta suizo Andrea Bisaz y su masaje en el hombro y en el pecho, o la hipnosis que Figtzerald le practicó concienciándole a dar el máximo en el momento más histórico de su carrera. Fueron demasiados minutos para romper un partido que la mayoría del conjunto «aussie» daba ya por perdido. En cualquier caso, Australia utilizó sus armas, y España nunca estuvo en condiciones de rozar la Ensaladera, por mucho que Jordi Arrese, en un arranque de patriotismo, dijera que se escapó el triunfo «por pequeños detalles».

tracking