Diario de León

La Deportiva va mejorando, pero sigue reñida con la portería ajena (0-0)

Pese a superar pasadas actuaciones, los locales se muestran ineficaces a la hora de golear

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Ramón Díez - ponferrada
Ponferrada

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La ocasión era ideal para recortar las diferencias con los equipos que comandan la clasificación, ya que todos los que habían jugado esta jornada perdieron sus partidos y el Mirandés no actuó por la nieve. Sólo quedaban por entrar en acción el Burgos y la Deportiva, por lo que una hipotética victoria de alguno de ellos le supondría un gran salto adelante en sus aspiraciones de jugar la promoción de ascenso. Al final se produjo el resultado más lógico porque los de Terrazas sólo han ganado dos partidos fuera de casa en toda la temporada, mientras que los locales están teniendo muchas dificultades en casa, como lo demuestran los últimos resultados. Si además se tiene en cuenta que el rival de ayer sólo suma dos derrotas en toda la Liga, pues debe concluirse en que se alcanzó el desenlace más previsible, dados los precedentes. Lo más positivo de la tarde fue la sensación de mejoría que dejó la Ponferradina, pese a no realizar tampoco un partido extraordinario. Sin embargo, cuando llevaba varias jornadas sin crear casi ni una sola ocasión de gol, ayer dispuso de dos o tres que merecían un final mejor. Sin embargo, la auténtica cruz de este equipo sigue siendo su falta de resolución y por eso Brasi remató demasiado cruzado sobre la salida de José, mientras que Gonzalo cabeceó también ligeramente desviado con el meta visitante ya superado. Si el Burgos ya da pocas facilidades por su rudimentario sistema de juego y encima, no eres capaz de acertar cuando tienes una oportunidad, mal asunto. Este tipo de partidos son de los que no sabes ganar y para más inri, estilo Palencia por ejemplo, se acaba perdiendo. Bien pudo repetirse la historia porque el correoso Epitié, que actuó sólo arriba por la obligada ausencia de Aduritz, dio más de un problema a los zagueros blanquiazules. El Burgos contó, pese a lo que pudiera parecer, con las mejores ocasiones de gol gracias a su fútbol directo y a su manifiesta experiencia en las acciones de estrategia, en las que los de Terrazas son verdaderos especialistas. Entre Rubio, el larguero y el propio desacierto de Esparza, el balón no acabó dentro del marco local de verdadero milagro. El caso es que esta vez y sin que sirva de precedente, la Deportiva no acabó perdiendo un partido que no había sido capaz de ganar. La grada estaba concienciada de lo mucho que había en juego y alentó a los suyos durante muchos momentos, pero el público no mete goles y Tomé tampoco encuentra soluciones en el césped. Al menos se ha recortado un punto con respecto a los primeros clasificados, excepto con el propio Burgos que ahora mismo parece un sólido candidato a ocupar puesto de promoción. Tomé confió al final en los mismos que actuaron como titulares en el partidillo del jueves, pese a que advertía que no se tuviera en cuenta esa alineación porque no quería dar pistas al contrario. Quizá en el fondo era una buena manera de despistar. El caso es que la zaga estuvo a su nivel habitual, incluso cuando Soto se tuvo que ir por lesión, entrando Toñín a la banda y pasando Rial al centro junto a Mikel Antía. En la medular sigue habiendo problemas y no ya porque faltara Gámiz y fuera Igor quien actuara de pareja con Lanza en esa zona del campo. Davinchi por la derecha hizo poco daño y Fuentes por la izquierda brilló algo más, con esos habituales arranques de garra que tanto gustan a la grada. Arriba está el calvario para un Javi Peña que no acaba de arrancar y un Brasi que ayer dio muestras de mejoría, pero no fue capaz de resolver.

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