Diario de León

La crisis del Barça divide un vestuario expectante

El relevo de Valero Rivera en el banquillo y la quiniela de sustitutos ameniza las vísperas

Manolo Cadenas y Ademar pisaron la pista del partido. El Barça, hoy

Manolo Cadenas y Ademar pisaron la pista del partido. El Barça, hoy

Publicado por
Miguel Ángel Zamora - enviado especial | tudela
León

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No corren buenos tiempos en la casa blaugrana. A punto de poner fin a un ciclo y abrir etapa nueva, en la difícil tarea de dar carpetazo a la era del Dream Team, Valero Rivera y su multidisciplinar vestuario se dan a la labor de poner buena cara a una mala copa. Porque no tiene buena pinta el asunto para el equipo culé, la verdad: «Lo mismo podemos quedar eliminados que quedar campeones, mi punto de vista es ese, y está por encima de que la gente nos coloque el cartel de favoritos o nos quite opciones» señaló Valero Rivera a la llegada de su equipo al hotel de concentración de Tudela. Para no perder la norma, el Barça se fue a donde no había nadie. Para variar el signo, eligió un sello diferente al de la cadena catalana en cuyo establecimiento pasó la noche Ademar. Anda el patio revuelto entre los pobladores del Palau Blaugrana. Lazslo Nagy juega, pese a que sufrió un pinchazo en el último entrenamiento. Anda bajo de moral. Sabe que el año que viene le van a traer compañía para la plaza de lateral derecho, y eso, se quiera o no, siempre siembra una cierta intranquilidad. Masip no juega, víctima otra vez de las dolencias de la espalda. Mejor para el Ademar. El equipo anda pendiente de cuán larga será la sombra de Valer Rivera el año que viene, cuando el cocodrilo eterno de su pecho tenga que buscar acomodo lejos del banquillo. Esa es la duda, saber cuán distante va a estar su figura de la realidad de la plantilla. Ademar, entre tanto, mira el tema de reojo.

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