Dos tercios de la plantilla checa juegan en las ligas europeas de primer nivel

La selección de la República Checa, que ha despertado todo tipo de elogios en la Eurocopa y que hoy pugna ante Grecia por una plaza en la final, se ha fortalecido, principalmente, con la presencia de muchos de sus futbolistas en las ligas más fuertes de Europa. De hecho, quince de los 23 futbolistas elegidos por Karel Bruckner para afrontar el campeonato militan en equipos de ligas como la Bundesliga alemana, la Premier League inglesa o la Serie A italiana, o del campeonato de liga francés o el holandés. Curiosamente, tan sólo cinco de los jugadores de la selección han actuado en la última temporada en la liga nacional checa, de la que sólo dos clubes del país aportan jugadores, el Sparta de Praga, con tres elementos, y el Banik Ostrava, con dos. El portero Jaromir Blacek, el defensa Huebschman y el centrocampista Poborsky formaron parte de la plantilla del Sparta de Praga esta última temporada, mientras que el Banik Ostrava aporta al defensa Rene Bolf y al delantero Marek Heinz. Así, la presencia de varios jugadores por los campeonatos nacionales de distintos países europeos ha servido para paliar el déficit que supone para la selección el escaso nivel de los clubes checos, sin apenas repercusión. Como contraposición a los jugadores provenientes de campeonatos fuertes del continente están los tres restantes jugadores que completan el grupo de 23, ya que Pavel Mares y Antonin Kinsky militan en el Zenit y el Satur de la liga rusa, respectivamente, mientras que David Rozental pertenece al Brujas belga, una competición de nivel medio. En el lado contrario de la balanza están Nevded, Baros, Plasil, Rosicki, Galasek, Grygera, Vachousek, Lokvenc, Jankulovski, Jiraniek o Koller.