Antequera tiene patente de triunfo

HAN PASADO muchos corredores por la selección española en los cinco años de reinado mundialista que lleva Óscar Freire. Del primer equipo que ganó el oro en Verona sólo quedan él y Rubiera. Algunos de sus compañeros de entonces han dejado el ciclismo y algún otro ha vendido sus miserias personales. El paso del tiempo ha obligado a Antequera a cambiar muchos corredores, pero él tiene una patente de triunfo. Cuenta con lo más importante, el hombre para rematar, Freire, y lo que ha hecho, lo que hace, es rodearle de lo mejor, de ciclistas que se entregan por la medalla de oro. En Lisboa eran un lujo Casero, Beloki, Beltrán o Sevilla, entre otros, pero aquí, lo de Nozal, Serrano, Luis Pérez y Mancebo ha sido un espectáculo, por no citar a Horrillo, Tino Zaballa, Eladio Jiménez, Ivan Gutiérrez, Flecha, a todos. Todos tienen las espaldas llenas de las palmadas que recibieron y sería bueno que se lleven los bolsillos medio llenos. Merece un capítulo Valverde. El gesto que tuvo con Freire le hace más grande como ciclista y como persona. El murciano le sucederá muy pronto.