Diario de León

Primera declaración de intenciones (I)

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MARRO
León

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PROCEDEMOS a analizar la primera federativa declaración de intenciones, recogida en los medios el pasado día 1: un mes desde la «gráfica entrega de llaves» y DOS meses desde la proclamación presidencial que legitimaba -al menos virtualmente- para ir tomando posiciones gestiónales. Conviene aclarar que lo que enjuiciamos desde nuestro punto de vista, hoy y próximo miércoles, serán intenciones y declaraciones peor no -obviamente- actuaciones porque éstas no han llegado aún. En todo caso, podría considerarse que se ha actuado dando el paso de la publicación de los integrantes de la junta directiva. Lo que, ya de entrada, celebramos. Durante 12 larguísimos años sólo conocíamos oscuras referencias -casi siempre a pie de foto- del presidente provincial y del presidente territorial, del presidente de la Leonesa y del presidente de la castellanoleonesa... «y los dos nos lo guisamos y los dos nos los comemos». Es cuanto a su composición orgánica, nuestros temores sobre el riesgo de apellidos /vecindades / paisanajes... podrían haber quedado diluidos, con alguna reserva «endogámica»: para Delegado Provincial se cambia al padre de luchador de La Valcueva por el padre de luchador de Remolina. ¿Un trocín de poder, un cachín de mando cazurro (cazurrolaluchero)...? Sin, de entrada, maliciar «pasteleo». Frente al síndrome de la «gente con experiencia» (de luchador), siempre contraponemos el antídoto de que la experiencia puede ser buena o mala como el tan cacareado talante pueden también «bueno o mal talante». Mientras que un juicio de lo más positivo nos merece la creación de la vicepresidencia Económica, a la espera de que se transparente al aficionado «la herencia contable», se oficialice vía auditoria y que así a lo de cuenta nueva pero no a lo de borrón. En cuanto a los contenidos, a los cargos orgánicos, echamos de menos ese a modo de liberado presidente /vicepresidente ejecutivo (salvo que el secretario general tanga ese carácter ejecutivo). Y por supuesto la imperdonable ausencia, en los mediáticos tiempos que corren, de un relaciones públicas /relaciones con los medios / vocal de prensa e imagen... Y «echamos de más» todo un vocal-delegado nada menos que en Burgos (¿machada?). Si al menos lo fuera en Gijón, donde la Casa de León en Asturias llegó a contar con una escuela de lucha con un buen número de prometedores chavales entrenándose asiduamente en sus instalaciones, dirigidos por un entregado, vocacional y paciente Rufinín ex luchador de San Cipriano del Condado. Y entramos en materia analítica sobre las intenciones publicadas del nuevo órgano. Se da categoría de titulares a la «intención» de recuperar el apoyo de las grandes firmas de León. ¿Recuperar? Para recuperar algo, primero ha de haberse dispuesto de ello. Cuando lo cierto es que nunca dispuso la lucha leonesa del apoyo de las empresas leonesas de cierta relevancia (ni apenas de las otras). Huimos de prejuzgar sobre la base de una mera declaración de intenciones. Pero inevitablemente surgen algunas perplejidades. Ya de entrada sobresale lo demasiado que se incide en la vertiente económica cuando, en nuestra opinión y en la de bastantes aficionados, el dinero no es ni mucho menos el principal problema de la lucha leonesa;: en todo caso sería el problema de los ganapremios-ganasiempre. ¿Esas generosas consignaciones diputacionales lo son en base a un proyecto presupuestado-valorado y en desglose, o lo son sin contrapartidas y compromisos recíprocos; subvenciones un tanto a fondo perdido o a modo de indiscriminadas subvenciones corro a corro (sin discriminar si con taquilla o sin ella)? El patrocinio integral, y ya no digamos el mecenazgo, es algo mucho más estructurado y contractual: con exigencias y que obligue y comprometa a ambas partes contratantes. Ojalá nos sorprendan (en positivo) y no nos decepcionen. Nos apuntamos a la sorpresa (en positivo) y a desconvocar al fantasma de la decepción. La mejor de las sorpresas sería... que acabasen sorprendiéndonos orgánicamente. Voto de confianza, pues, entre tanto y dado que se trata de una simple declaración de intenciones. Pero margen de confianza solo hasta transcurrir «los cien días de cortesía». Quiere decir que aún se está en plazo de recuperar el tiempo presuntamente dilapidado y ya a ser posible con las oficinas federativas -¡por fín!- donde corresponde y donde se hallan el resto de las federaciones: en las instalaciones del estadio municipal Antonio Amilivia. Remataremos el próximo miércoles este análisis de primeras intenciones federativas.

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