Pascual: «Armstrong demuestra que es humano, no una máquina»

La noticia de que el seis veces ganador del Tour de Francia, el americano Lance Armstrong se retira una vez concluya la ronda francesa el 24 de julio próximo, corrió ayer como un reguero de pólvora por el pelotón internacional. Opiniones opuestas y encontradas incluso, apoyo y hasta displicencia en las valoraciones por parte de todo el mundo del ciclismo, reflejadas en decenas de teletipos de agencia. Sólo coinciden en una cosa todos: su afan y capacidad de superación para recuperarse de un cancer y llegar a campeón. El corredor leonés del Comunitat Valenciana, Javier Pascual, opina que Armstrong «ha demostrado que es humano, no una máquina, porque ha sido y es un gran deportista, pero también ha tenido que superar momentos muy difíciles en su vida». Pascual, al que el compañero de equipo de Armstrong, el gijonés José Luis Rubiera, ya le comunicó la retirada del americano hace algunos días durante uno de sus entrenamientos conjuntos, incidió en que «gracias a Rubiera he aprendido a conocer a Armstrong no solamente como deportista, sino sobre todo como persona». En este sentido, el leonés declaró a Efe tener «dos sentimientos contrapuestos, porque por un lado me da pena, pero por otro también estaba cansado de que ganara siempre, pero es que tiene una mentalidad ganadora dentro y fuera de la carretera». Pascual, que coincidió con Armstrong en tres Tour de Francia dejó claro que «está capacitado para seguir siendo el principal favorito en la prueba gala, para la que probablemente estará en plena forma ». Jean Marie Leblanc, director del Tour de Francia, comentóque tal hecho no le causó sorpresa, pues esperaba esta decisión. Afirmó que se debía a una cuestión de «fatiga moral más que física», y a que no pasa tiempo con su familia. En cambio, Víctor Cordero, director ejecutivo de Unipublic, empresa organizadora de la Vuelta a España, matizó que el estadounidense «no fue agradecido con la Vuelta. Centró su vida en el Tour de Francia. No llega a la sombra de los más grandes porque sólo se centraba en una carrera». Eusebio Unzué, responsable del Illes Balears, considera que la marcha supone el adiós a un hombre que ha pasado por el ciclismo «de manera arrolladora» y que, a su juicio, sigue siendo «el gran favorito» para la próxima ronda gala. El ciclista jiennense Manuel Beltrán, compañero del estadounidense desde hace dos años y medio, afirmó que el corredor norteamericano es «un espejo para todos», y destacó la calidad profesional y humana de su jefe de filas. Mientras, el director del Comunitat Valenciana, Vicente Belda, restó trascendencia al anuncio, que considera «lógico». «A la edad que tiene es lógica su retirada, pero el ciclismo no empieza ni acaba en él. Es uno más al que le llega el momento, aunque es cierto que ha hecho historia y lógicamente se le recordará por haber ganado tantos Tours», aseguró. El fin del mito americano El estadounidense Lance Armstrong, seis veces ganador del Tour de Francia, ha anunciado su retirada a final de temporada, aunque antes intentará hacerse con el galardón francés por séptima vez el próximo verano y así poner fin a su camino de rosas y espinas. Con Armstrong se va el ciclista más grande del Tour. El hombre récord, dejando una marca muy difícil de superar. Lance Armstrong se convirtió el año pasado en el primer ciclista en ganar seis ediciones del Tour de Francia. Sólo los franceses Jacques Anquetil, Bernard Hinault, el belga Eddy Merckx y el español Miguel Indurain, todos ellos componentes del «club de los 5», admiten comparaciones con el último héroe americano. El norteamericano comenzó a fomentar su capacidad de sufrimiento y su mentalidad para superar problemas dentro y fuera de la carretera desde niño. Dificultades desde niño En su casa padeció el abandono de su padre y su padrastro sólo le aportó violencia y odio. Armstrong ya daba muestras de su ambición con 15 años. Entonces era profesional del triatlón y llegaban los primeros ingresos a sus bolsillos. Dijo que pronto sería el mejor. Con apenas 21 años ganó su primera etapa en el Tour y confesó que si otro Armstrong alcanzó la Luna, él llegaría «hasta Marte». Nacido el 18 de septiembre de 1971, su hoja de servicios está repleta de triunfos deportivos, pero quizá el más importante de su vida es el que le llevó a superar un cáncer de testículos que le tuvo apartado de la competición durante 518 días entre 1996 y 1998. Fue en ese período en el que se forjó su capacidad de sufrimiento. Armstrong tuvo que hacer frente a un avanzado cáncer testicular con metástasis en pulmones y cerebro y someterse a un duro tratamiento de quimioterapia. Ejemplo de superación Superar esa enfermedad fue su mejor triunfo y el que lo encumbró a la gloria. Su regreso a la competición con el US Postal en 1998 y sus primeras victorias en ese mismo año le supuso el ganarse la simpatía de todos, aficionados y compañeros, que veían en él el mejor ejemplo de superación personal. Su primer gran triunfo llegó en el Tour de Francia de 1999, cuando además del maillot amarillo logró tres victorias de etapa. Esa hazaña, después de la grave enfermedad provocó que sus críticos no se lo creyesen y no faltaron los que acusaban de posible dopaje, circunstancia que le ha perseguido durante toda su carrera. Pero el ciclista, lejos de amedrentarse, se exhibió año tras año en la carrera francesa, en la que demostró con reiteración una inmensa superioridad. De esta forma superó a otro de los grandes del ciclismo, el español Miguel Induráin, ganador de cinco Tours consecutivos sólo unos años antes. Arsmtrong se hizo en julio de 2004 con su sexto de forma seguida. Su ambición no tiene límites. Este año quiere ganar el séptimo y después retirarse por la puerta grande para dejar paso a que otro valiente intente lo mismo. Seguro que pasarán muchos años hasta encontrar otro como él.