Diario de León

Lance no tiene quien le tosa

Ha controlado toda la carrera en todos los terrenos: tiene a 978 kilómetros el séptimo Mancebo: «Iremos todos de la mano»

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Benito Urraburu - enviado especial | pau
León

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Salvo que se produzca un cataclismo en el Tour, Lance Armstrong se encuentra a seis días de volver a subir a lo más alto del podio de Paris por séptimo año consecutivo. Ha cubierto 2.630,5 kilómetros a una media horaria de 42,309 kilómetros por hora en 15 días de carrera y le quedan 978 kilómetros para terminar, de los que 144,5 corresponden a la última etapa, que es un paseo con el único fin de llegar a los Campos Eliseos: es lo que le queda para coronarse por séptima vez. Otra jornada favorable para él es la contrarreloj de Saint-Etienne, de 55 kilómetros. En las otras cuatro etapas si se puede encontrar más problemas, si pensamos en los trazados previstos, en los que va a hacer falta un buen equipo para controlar. Y si de algo puede presumir Armstrong es de contar con una formación, Discovery Channel, que va a moverle la carrera sin problemas. Hoy se subirán los puertos de Marie Blanque y el Aubisque, tras el descanso de ayer. Los dos puertos están muy lejos de la meta. De la cima del Aubisque a la meta quedarán 72 kilómetros. Después de una etapa que parece plana, la que finaliza en Revel, pero que en realidad es una trampa en un terreno muy complicado, pestoso , llegaremos a Mende, diez años después del famoso ataque de Jalabert con la Once que turbó el dominio de Induráin. Nos despediremos del Macizo Central en Le Puy-en-Velay, con otro de esos días complicados en los que Lance Armstrong y su equipo se dedicarán a gestionar las escapadas que se produzcan, en un terreno abrupto, en el que se espera mucho calor, y donde no debe de sufrir mucho. Todo muy medido A estas alturas de Tour no es presumible que Lance Armstrong tenga un desfallecimiento y que su equipo reviente. ¿Por qué nadie puede con Armstrong? La respuesta es muy sencilla. Sigue siendo el mejor, no hay nadie que se le acerque. Las razones del dominio que ha ejercido desde que comenzó la carrera son muchas. La primera es que tiene un método al que se ha mantenido siempre fiel. Planifica todo con mucho tiempo, con una gran sangre fría, llevando una vida ordenada aunque su último invierno ha sido, al menos aparentemente, del que más hemos sabido. Es un maniático del estudio de la etapas, todas, que tiene perfectamente diseccionadas, con todos los detalles. En sus primeros años, su equipo reconocía kilómetros y kilómetros durante muchas horas. «No hay ningún secreto. Mis victorias son el resultado de horas y horas pasadas sufriendo encima de la bicicleta», manifestó Lance. Para el material, las comidas o los alojamientos es igual. Todo debe de ir al detalle. Y la fortuna le ha acompañado en todas sus participaciones en el Tour. Salvo en 2003, cuando una bolsa se avituallamiento se le engachó a su rueda, no ha tenido problemas. La caída de Beloki en el puerto de La Rochette la salvó improvisando un ciclo-cross. El recorrido también le ha favorecido. Las dos contrarrelojes iniciales le dejaron en una situación de ventaja, a pesar de que la primera sólo tenía 19 kilómetros. Ya hizo diferencias. En los Vosgos se quedó solo subiendo el puerto de Schlucht. Ni el T-Mobile, ni el CSC, ni el Phonak atacaron. Su método de comportarse en carrera tampoco ha variado. En la primera llegada en alto le gusta hacer diferencias y en Courchevel siguió fiel a su costumbre. Sólo Valverde pudo con él después de eliminar a muchos adversarios. Basso cedió y en los Pirineos el italiano estuvo junto a Armstrong. Una vez superados, se puede decir que el único interés ha estado en conocer quienes le van a acompañar en el podio. Cambia de rivales Entre los Alpes y los Pirineos ha sido generoso y ha dejado ganar. Ha jugado con sus rivales, que se han ido renovado. Desde Alex Zulle en 1999, pasando por Beloki, de 2000 a 2003, Basso el año pasado, Vinokourov. Los escaladores tampoco han podido con él, Botero en 2002, Mayo, en 2003, Heras, en 2004. Su rival más serio ha sido Jan Ullrich, tres veces segundos en 2000, 2001 y 2003. Nunca, y se dice pronto, le ha podido atacar en condiciones. Nos queda finalmente su equipo, que sigue siendo muy fuerte, pero menos espectacular. Hacen su trabajo como antes, pero el único que fuerza para llegar con los mejores es Popovych. Los demás se dejan ir, pero podrían estar más arriba. Este año no tenían a Ekimov, ni a Landis. Ha dado igual. Padrnos y Noval controlan en el llano; Azevedo, Rubiera, Savoldelli, Beltrán, hasta que abandonó, y Popovych, en montaña. De Hincapié que vamos a decir que no se haya visto. Se ha quedado sin rivales en dos semanas de carrera. LA GENERAL TIEMPO 1. Lance Armstrong (USA) 62h09:59 2. Ivan Basso (ITA) a 2:46 3. Michael Rasmussen (DIN) 3:09 4. Jan Ullrich (ALE) 5:58 5. Francisco Mancebo (ESP) 6:31 13. Haimar Zubeldia (ESP) 15:26 17. Oscar Pereiro (ESP) 19:30 22. Carlos Sastre (ESP) 27:37 24. Oscar Sevilla (ESP) 38:51 25. Mikel Astarloza (ESP) 41:25 27. Xavier Zandio (ESP) 42:17

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