España sorprende a la anfitriona y se acerca a los cuartos de final

Ni los más optimistas podían aventurarlo. España dio una paliza a la actual campeona del mundo en su propia cancha. La selección del leonés Mario Pesquera sorprendió a la anfitriona y máxima favorita con un partido sobresaliente y dio un paso casi decisivo para sacar el pasaporte directo a cuartos de final. Ahora ya sólo quedan Letonia e Israel y España sale reforzada moralmente para afrontar sus dos siguientes partidos y ganarse un merecido descanso hasta el cruce. La anárquica selección serbia sufrió un serio varapalo ante el bloque español, que fue un verdadero equipo, y no se dejó intimidar por el ambiente ni por la presunta superioridad del rival. Serbia se ahogó ante el sacrificio, la defensa en zona y la efectividad ofensiva de una España que siempre tuvo el control de la situación y nunca miedo. El encuentro de España fue completo en todos los sentidos, pero lo bordó antes del descanso, sin necesitar ningún punto de Garbajosa para ponerse 14 arriba (27-41) al final de una primera parte en la que con la pareja Cabezas-Navarro resultó aún más demoledora. Serbia se hundió ante la zona y el veloz contraataque español liderado por Navarro, que ya en el primer cuarto anotó más puntos que todo el equipo local (14 frente a 13). Serbia empezó mal (una sola canasta en cinco minutos y medio), pero fue a peor. Si España no logró entonces mayor diferencia fue por Gurovic, porque con las penetraciones y triples de Navarro y el compromiso defensivo, dejó claro que no se iba a asustar ante una afición que fue enmudeciendo por el repaso recibido. «La Bomba» fue una pesadilla para los serbios, y la defensa zonal, un obstáculo insuperable. Pese a la mayor altura del equipo de Obradovic, el rebote fue español, y aunque Serbia se fortaleció defensivamente al inicio del segundo cuarto, el equipo de Pesquera mantuvo siempre la concentración y en ataque tuvo un acierto sorprendente. A Navarro y a Rudy no les tembló la mano, y aunque Garbajosa estuvo desafortunado en el tiro, España se aprovechó de que su líder jugase fuera de la pintura para provocar que los serbios se fuesen desquiciando. Con dos «bajitos» Ante el individualismo local España aportaba esfuerzo colectivo y velocidad, y si en el primer cuarto le tocó a Navarro llevar la manija, en el segundo fueron superiores los recursos ofensivos. El trío Calderón-Rudy-De Miguel se convirtió en el protagonista y Rakocevic tenía que jugárselas todas porque sus compañeros estaban completamente anulados. Cuando salió Cabezas España «sólo» ganaba 18-26, y al final del segundo cuarto, la ventaja era de 13 puntos. Los dos «bajitos» y la defensa de De Miguel y Vázquez desarboló a los serbios. España se temió lo peor cuando Calderón tuvo que abandonar durante unos minutos tocado en su codo, pero Cabezas mantuvo su nivel y cuando Serbia se acercó a 10 (55-65), apareció Garbajosa. Necesitaba ese triple al final del tercer cuarto para descargar con un puñetazo al aire toda la rabia que había acumulado hasta entonces. España ya no permitiría la reacción del equipo serbio, aunque Bodiroga creyó que todavía podría dar algo de emoción a tres minutos del final con un triple que dejó el luminoso en 70-81. En otro encuentro España quizás se habría asustado, pero acabó ganándose con su juego a una afición que terminó vitoreando las canastas del visitante.