La mediocridad del Zalla permite a la Cultural seguira los de cabeza (2-1)

El Zalla comenzó el encuentro sin mostrar demasiado respeto a la Cultural. No pareció el cuadro que encajó siete goles en su propio campo frente a la Real Sociedad B dos jornadas atrás, más bien el que opuso seria resistencia a la Unión Deportiva Salamanca una semana antes. El equipo leonés quiso asegurar el encuentro lo más pronto posible. Álvarez Tomé, que cumplió su segundo y último partido de sanción desde el túnel de vestuarios, concibió para medirse al bloque vizcaíno un centro del campo con argumentos basados en el toque de la pelota, como antídoto al juego aguerrido y de contacto físico de los visitantes. Por este motivo situó sobre el césped a un futbolista de la calidad técnica de Albert Puigdollers para que diera consistencia a la medular leonesa. Los minutos discurrieron sin demasiados sobresaltos para que la portería defendida por Borja Esteban permaneciera a cero. Los visitantes, con un fuerte dispositivo en el centro del campo y con una cobertura bien cerrada, se atrevieron a intentar contras peligrosas sobre el marco de Aulestia. El espigado Borda gozó de la primera oportunidad para su equipo, solo delante del portero culturalista, pero su intento de volea se marchó muy lejos de la portería culturalista. No fue la única ocasión que dispuso a su favor el bloque vasco. Mediada la primera mitad del compromiso deportivo, otra vez Borda, en el segundo palo, no acertó a rematar el saque de una falta. El público asistente al estadio comenzó a impacientarse, mientras que Magín, el mejor forofo de la Cultural, al menos por su espíritu de ánimo hacia el equipo, contrarrestó los primeros aspavientos hacia el bloque culturalista con sonido de bombo con su cuchara de madera. Magín, el del bombo, no cesó en su ímpetu, coincidiendo con un saque de falta directa por parte de Zenekorta, que se encargó de desbaratar Aulestia con una impecable y salvadora intervención. Sólo un minuto después se adelantó la Cultural en el marcador. Una acción muy bien llevada desde la medular acabó en las redes visitantes, merced a un latigazo del lateral derecho José Ángel, que reapareció después de recuperarse de su lesión. El de Talavera de la Reina demostró que sus condiciones sirven para todo, hasta para ejecutar lanzamientos con marchamo de gol. El tanto a favor despertó al conjunto de Álvarez Tomé de su letargo. Comenzó a jugar más en vertical y practicó un fútbol más directo. Derivó en llegadas más habituales hacia el marco defendido por Borja Esteban. Cinco minutos después, Pablo Díaz demostró su talento ofensivo al lograr un gol de listo (no es el primero que hace de esta forma), al aprovechar un balón suelto en el área pequeño para llevarlo a las redes. Justo cuando el crono marcaba el último minuto del primer acto. Con el partido sentenciado comparecieron de nuevo los dos equipos sobre el cuidado césped del estadio. El técnico visitante ordenó de inmediato dos cambios para fortalecer el ataque de su equipo. Jon Ander y Anartz pisaron el campo desde el primer minuto de la continuación y 12 después lo hizo Lambarri. El encuentro ya estaba muy difícil para los vizcaínos, pero lo intentaron con ardor durante muchos minutos del segundo período. Su juego, presionante y de derroche físico, trató de imponerse al culturalista. Ángel Luis, el titular del banquillo leonés, transmitió a los suyos concentración y no perder el sitio en el terreno. Con estas dos consignas, el equipo leonés controló el partido y llegó con peligro hacia el marco rival. Mientras tanto, el delegado Do Santos hizo de cartero. Comunicó las órdenes de Álvarez Tomé a Ángel Luis al segundo, con lo que el diálogo entre los dos entrenadores del equipo careció de dificultades. Los últimos minutos del partido estuvieron huérfanos de interés. El cuadro visitante fue el único que buscó un mejor resultado. Lambarri lo consiguió.