Diario de León
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ROBINHO, delantero del Real Madrid, volvió a cuajar una gran actuación contra el Cádiz al igual que en la primera vuelta, aunque esta vez marcó un tanto y se fue con la afición coreando su nombre. El atacante brasileño definitivamente le tiene tomada la medida al equipo gaditano. En la primera vuelta, el Ramón de Carranza vio el nacimiento en España de una nueva estrella. En 27 minutos volvió loca a la defensa amarilla, se erigió en la figura del partido y desequilibró el encuentro, hasta entonces empatado a un gol, tras inventarse una jugada que acabó en el definitivo 1-2. En el Santiago Bernabéu el astro sudamericano volvió a hacer de las suyas. Sin rayar a un gran altura sí que dejó rastro de lo que se espera de él. Ya el primer balón que tocó a los cinco minutos lo convirtió en un sombrero a un rival. Pocos minutos después a punto estuvo de marcar desde la frontal del área y a pocos minutos del final de la primera mitad fue protagonista en una de las jugadas polémicas del partido. Benjamín le entró dentro del área y el brasileño cayó, aunque Lizondo Cortés no consideró penalti la acción. En la segunda mitad, y con el equipo por debajo en el marcador, Robinho demostró su determinación en voltear el resultado y fue un puñal por la banda izquierda. Tras los goles de Roberto Carlos y Bekcham de falta directa, el brasileño puso la guinda con un golazo de vaselina desde fuera del área, que se ganó al público del Santiago Bernabéu. Un minuto después, Juan Ramón López Caro quiso agradecerle su trabajo en las últimas semanas y le sustituyó por Raúl Bravo, lo que le valió para que el Bernabéu coreara su nombre y se enganchara definitivamente a su juego. Por su parte, el italiano Antonio Cassano debutó ante su afición y lo hizo en partido de Liga, tras haber disputado sus primeros minutos con la elástica blanca el pasado miércoles en Sevilla contra el Betis. El italiano, que pocos minutos después de debutar en la Copa del Rey anotó el definitivo tanto del partido (0-1), sustituyó al danés Thomas Gravesen en el minuto 59 con 0-1 en el marcador ante la ovación de la afición, que le devolvió así el tanto del triunfo y tener más cerca las semifinales del torneo copero. Cassano actuó de delantero centro, mandó al brasileño Julio Baptista a la media punta e incordió todo lo que pudo a la defensa visitante. Hasta tal punto fueron sus ganas de agradar que se llevó la primera tarjeta del partido por una fuerte entrada sobre un rival. También se llevó su primera felicitación de los aficionados madridistas cuando regateó a dos defensas en el centro del campo y cuando llevó un contragolpe con el balón pegado a sus botas, aunque del posterior derechazo de Beckham se perdió fuera por mucho.

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