Diario de León

Directos a la final y a por el oro Romero: «Estamos cansados pero nos vamos a dejar la piel por ganar»

España se deshace de Dinamarca y jugará hoy ante Francia su tercera final continental

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Leontxo García - zúrich
León

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España demostró ayer que es un equipo, más que una selección, y logró su cuarta medalla en un Europeo, un año después de ganar el oro en el Mundial. La inteligencia de Juan Carlos Pastor al repartir los minutos de juego, el ajuste de la defensa en la segunda mitad y la superioridad de Barrufet entre palos quebraron a Dinamarca. España disputa la final contra Francia, que ganó a Croacia (29-23). «Si Barrufet para más que los porteros daneses, ganará España». Lo había dicho Valero Rivera, y tenía mucha lógica: Kasper Hvidt (Pórtland) y Asmussen (Altea) son dos espléndidos guardametas y una de las mejores armas de Dinamarca. ¿Cómo se explica entonces que entre los dos sumasen sólo siete paradas en el partido? La respuesta quizá esté en las numerosas sesiones de vídeo dirigidas por Pastor en el último mes, a las que los españoles asisten con papel y bolígrafo. Mientras Hvidt y Asmussen parecían vaciados de calidad, Barrufet empezó a intimidar desde el minuto uno. Pero sus compañeros mostraban cierto nerviosismo y, lo que es más grave, no lograban sujetar al peligroso pivote danés Knudsen, que ya fue vital hace dos años para que Dinamarca lograse el bronce en el Europeo. Él y los dos rapidísimos extremos, Christiansen y Stryger, forman una de las segundas líneas más brillantes del mundo, y eso se notó mucho, demasiado, en la primera parte. Para colmo, España volvió a suspender una de las asignaturas pendientes, las superioridades numéricas. Pero Pastor se fue al descanso (15-16) relativamente tranquilo, porque le quedaban bazas importantes que jugar: Boldsen, uno de los puntales defensivos, el que dijo el viernes «España es pan comido», había recibido ya dos exclusiones por dos minutos; y el triángulo de oro español (Iker-Entrerríos-Uríos) podía mejorar ostensiblemente sus prestaciones. Además, las estadísticas de los seis partidos anteriores arrojaban un dato muy interesante: los mejores daneses había jugado más de cuatro horas y media; los españoles, apenas pasaban de las tres horas, excepto Rocas, porque es el único extremo zurdo español. Todo eso influyó mucho en la segunda parte, aunque lo realmente esencial, lo que volcó el marcador de inmediato, fue el secado del pivote Knudsen por parte de los dos gigantes españoles, Juancho Pérez y Rubén Garabaya. Eso obligó a Dinamarca a pasar el peso del ataque a su primera línea, de mucha menos calidad que la segunda. Y como la primera consecuencia del cansancio suele ser la imprecisión, los lanzadores escandinavos fueron disparando cada vez peor; y cuando lo hacían bien se encontraban con el omnipotente Barrufet. Cañonero Iker Mientras tanto, el triángulo de oro relucía, sobre todo por Iker, un deportista que vale su peso en oro, de esos cuyo rendimiento es directamente proporcional al nivel de tensión y responsabilidad del momento. España se jugaba su afianzamiento en la superélite del balonmano, era un día de máxima presión, y ahí estaba Iker, echándose todo ese peso en la espalda, olvidándose incluso del 'sistema Pastor' en ocasiones y haciendo lo que le pedía el cuerpo: ametrallar una y otra vez a los irreconocibles porteros daneses. Nadie echó de menos en el ataque a Beláustegui, porque el lateral derecho estaba muy bien cubierto por Mariano Ortega, quien estuvo al borde de la retirada hace un año pero ahora es un gran complemento del triángulo de oro. Ni al temible bombardero Julio Fis, máximo goleador de la Liga Asobal durante las tres últimas temporadas pero único español, junto al portero suplente Hombrados, que no pisó esta vez la cancha. Ninguno otro equipo, salvo quizá Francia, puede presumir de un banquillo tan poderoso, que Pastor supo administrar con acierto para plantarse en la final un año después del título mundial. Iker Romero, jugador de la selección española de balonmano, no dudó en anunciar, pese al enorme cansancio que acumulan ya los internacionales españoles, que hoy todos lo integrantes del equipo nacional lo darán todo ante Francia, para tratar de lograr el título continental. «Cualquier persona normal después de jugar siete partidos en nueve días estaría cansado, pero nos vamos a dejar la piel. Hemos logrado nuestro objetivo, que era llegar a la final, y ahora como el año pasado en Túnez, trataremos de repetir el oro», señaló Romero. No obstante, el central español advirtió del peligro que entraña el conjunto francés. «Francia defiende increíble, y ahora ya no es tiempo de pensar en los diez goles de hoy, ahora mi mente sólo piensa en los Omeyer, Dinart y compañía, porque el partido de va a ser muy duro», aseguró En este sentido, Romero reconoció que el equipo francés puede afrontar la final con ciertas ganas de revancha, tras el choque de la primera fase se impuso por 29-26, en un choque en el que España borró del campo a los galos en la primera mitad. «Puede ser que ellos nos tengan ganas, pero nosotros también les tenemos ganas a ellos», comentó Romero. El técnico Juan Carlos Pastor advirtió en este sentido que serán dos choques distintos y dijo que ha tomado nota de lo que España debe hacer y no hacer para volver a ganar. «Ese partido fue una referencia muy válida, porque seguro que Francia tomó sus notas al igual que hicimos nosotros, por lo que volverá a ser un partido muy duro, en el que habrá que sufrir mucho, pero que no ganará quién sepa sufrir más, sino quién juegue mejor», dijo Pastor.

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