Raúl fulminó la batalla táctica

RAÚL González, capitán del Real Madrid, volvió a consagrarse como figura decisiva en un derbi madrileño, levantando a su equipo con un gol clave, cuando el técnico del Atlético de Madrid, Javier Aguirre, ganaba la batalla táctica a Fabio Capello. Cumplía su derbi número veinte en Liga y Raúl volvió a ser decisivo en uno de sus partidos preferidos. En el ojo del huracán, tras el giro inesperado del seleccionador Luis Aragonés dejándole fuera a días de cumplir diez años vistiendo la roja, volvió a reivindicar su imagen y mostrar su hambre de éxito. Apareció cuando se equipo más lo necesitaba. Cuando Aguirre se acercaba al jaque mate en su partido ajedrecista con Capello, que posicionó desubicadas varias de sus figuras. Aguirre sabía que el flanco débil del Real Madrid estaba en la derecha. Allí repitió Capello con Mejía, central a todas luces, y Raúl por delante con clara vocación ofensiva. Por eso, el técnico mexicano concedió la titularidad a Pernía que, con Petrov por delante, eran dos puñales dirigidos al costado de Mejía, superado desde la primera acción de peligro rojiblanca siempre en superioridad. El otro problema de Capello llegó, nuevamente, en el doble pivote del centro del campo. En la primera parte Diarra y Emerson no tenían presencia ahogados por Maniche y Luccin ayudados por Mista, lo que obligaba a Guti a multiplicarse para dar aire a la salida de balón y ser decisivo en el último pase. Cuando no daba a basto, el Real Madrid moría en pelotazos de Sergio Ramos y Cannavaro. Había una orden clara de Aguirre, frenar a Guti como fuese. Por eso recibía siete faltas, todas las del Atlético de Madrid en los treinta primeros minutos y hasta provocaba cuatro cartulinas amarillas estando más sobre el césped que en pie. Y provocaba los silbidos de la afición del Bernabéu a Emerson, siempre escondido entre centrocampistas rojiblancos a la hora de elaborar fútbol. Fue el instante en el que apareció Raúl para marcar su noveno gol, ante el equipo en el que se formó, en veinte derbis ligueros. Enganchó con el alma, directo a la red, un pase de Guti desde la izquierda y lo celebró a la grande, señalando con sus dos pulgares su espalda, un mensaje a navegantes con el 7 de Raúl. En la segunda parte aparecieron los espacios y se redujo la presión sobre los jugadores señalados madridistas que acababan con el agua al cuello la primera mitad. La afición blanca entendió el sufrimiento de Mejía, que en la segunda parte le dio cariño ovacionándole en dos acciones sacando el balón con brillantez desde la zona defensiva. La expulsión de Sergio Ramos provocó los últimos movimientos de fichas, Aguirre había apostado por Agüero y Capello quitó al constructor, Guti, para acabar el partido con Raúl Bravo, un lateral izquierdo actuando de central, y Mejía, un central de lateral derecho. Los silbidos al cambio del Bernabéu harán reflexionar a Capello, que terminó empatando ante Aguirre en su primer duelo.