Diario de León

Puyol reclama a Luis explicaciones por achacarle la derrota

Aragonés: «Perdimos por dos desajustes y un jugador que no se quedó atrás» La Federación sopesa cesar a Luis pero no encuentra un recambio

Cesc Fábregas durante un entrenamiento con la selección

Cesc Fábregas durante un entrenamiento con la selección

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I. Tylko - madrid
León

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«No sé si tengo el apoyo de la mayoría de los jugadores, pero sí sé quién está conmigo». Luis Aragonés dejó entrever en el aeropuerto de Estocolmo que la unión del grupo que siempre pregonó ya es historia. Más patente quedó aún cuando, a la hora de justificar la derrota, culpó a un futbolista, sin citarle, del segundo gol. «Perdimos por dos desajustes y un jugador que no se quedó atrás como le ordenó el seleccionador». Nada que ver con el Luis que se declaró culpable de la debacle en Belfast. Tras conocer estas declaraciones y sentirse aludido, el azulgrana Puyol mantuvo un diálogo con el seleccionador, a quien pidió explicaciones en el mismo aeropuerto. Podría ser una mera anécdota si no se sumase a la negativa de Vicente a ser citado para el último partido, a la salida de tono de Joaquín o a las críticas de Morientes por no llamar antes de dar la lista a Raúl, cuya sombra es cada vez más alargada en la selección nacional. El capitán Iker Casillas, sin embargo, intentó trasladar una imagen de tranquilidad, de compromiso, de complacencia entre técnico y jugadores. «Estamos dolidos por la derrota aunque ante Suecia estaba dentro de lo previsto poder fallar. El verdadero traspiés, el palo más duro, se produjo en Irlanda del Norte. La afición puede estar dividida pero los jugadores tenemos el apoyo del míster y Luis el nuestro. Es difícil pero pedimos a los seguidores que confíen en nosotros. Todavía no hay nada perdido». En medio de este ambiente tenso aterrizó la selección en Murcia, pasadas las cinco de la madrugada. Luis previó un entrenamiento de recuperación a puerta cerrada en las instalaciones del hotel, pero al ver que unas 2.000 personas querían ver las evoluciones de sus ídolos, tuvo la delicadeza de cambiar de opinión y trasladar la sesión al campo de Torre Pacheco. Hubo algunos abucheos iniciales, sobre todo dirigidos al seleccionador, pero enseguida el gentío se volcó con el equipo. «Que haya tanta aquí para vernos un domingo es algo que no tiene nombre. Intentaremos recompensar a estos seguidores con una victoria el miércoles ante Argentina. Estamos en deuda con la afición», reconoció Cesc Fábregas, quien deambuló escorado a la izquierda ante los suecos. Tras la suave sesión al mediodía, los 18 internacionales tuvieron jornada de descanso hasta después de la cena.

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