Rafa Guerrero repite expulsión y lío Ronaldinho regresa al once titular para encarrilar la victoria azulgrana

Rafael Guerrero, el asistente arbitral que saltó a la fama en 1996 por la expulsión que dictó al colegiado principal Mejuto González en un partido entre el Zaragoza y el Barcelona, repitió en este 2006 en un nuevo encuentro entre ambos conjuntos, aunque esta vez disputado en el Camp Nou. Guerrero reclamó esta vez la atención de Eduardo Iturralde González para informarle de que el barcelonista Thiago Motta, a su entender, había agredido al zaragocista Diego Milito y merecía la cartulina roja directa. Como hace diez años, los jugadores, entonces los del Zaragoza y ahora los del Barcelona, rodearon al asistente, contrariados por su intervención. El 29 de septiembre de 1996, Rafa Guerrero reclamó la atención del árbitro, Mejuto González, para informarle de que «el número seis» zaragocista merecía la expulsión por una agresión al barcelonista Fernando Couto en el área, con el consiguiente penalti por estar el balón en juego. Las cámaras de Canal Plus captaron el diálogo entre el asistente y el colegiado principal con frases que se incorporaron al folclore futbolístico español como la de «Rafa no me jodas» o «penalti y expulsión». El ayudante de Mejuto González se equivocó, porque las cámaras demostraron que el protagonista de la acción no era el seis -Xavi Aguado- sino su compañero Solana y la pena máxima era discutible. Diez años después y a partir de aquella anécdota, Rafa Guerrero se ha convertido en el asistente más famoso del arbitraje español hasta el punto de aparecer en un anuncio de televisión. Ahora, en su vuelta a un duelo entre Barcelona y Zaragoza, la historia se repite, al menos en parte, pero con la expulsión para un jugador de diferente bando, aunque instantes después el equipo aragonés perdió también a un jugador por roja directa, Gabi Milito, pero sin la intervención de Guerrero. El Barça acogió con sumo agrado el regreso estelar del mejor Ronaldinho para imponerse al Zaragoza (3-1) y recuperar el liderato de la Liga. Tras marcar de cabeza en la primera mitad, el brasileño dirigió un obús magistral para encarrilar la victoria azulgrana en un duelo repleto de ingredientes que los azulgrana arrancaron a todo gas. Un inicio que no le sirvió de nada por culpa de un error garrafal de marcaje que removió las entrañas del partido. Durante quince minutos, el Zaragoza estuvo a merced del Barça. El Barça desperdició ese control en un imperdonable olvido. El descuido de Márquez en la marca lo aprovechó a la perfección Gabi Milito para dejar helados a los azulgrana. La primera ocasión que el Zaragoza trenzaba cuatro pases seguidos acababa en un saque de esquina y en el posterior tanto del central argentino. Ventaja aragonesa La ventaja aragonesa resquebrajó el partido. El Barça se sintió desubicado ante el ritmo de ida y vuelta impuesto por el Zaragoza. Sólo el infortunio de las lesiones bajó la tensión del choque. Messi, Celades y Edmilson tuvieron que ser reemplazados con problemas de diversa índole aunque el argentino fue el peor parado. Pasado el temporal, el partido recobró la igualdad con otro regalo. Ponzio olvidó el marcaje de Ronaldinho permitiéndole anotar otro gol. Tan dormido estaba el partido que un asistente convertido en estrella hace diez años quiso reeditar pifias anteriores. El festival iniciado por Rafa Guerrero desbocó el tramo final hasta la brutal aparición de Ronaldinho. Su lanzamiento de falta limpió la escuadra de César y acabó con la resistencia maña. Un recital cerrado con otro prodigio que se estrelló en el larguero y que Saviola, en claro fuera de fuego, aprovecharía en el rechace para elevar el tercero a la cuenta azulgrana.