El domingo, ¡otro árbitro gallego!
La afición culturalista clama contra los arbitrajes que ha recibido en los últimos partidos su equipo. La hinchada denunció públicamente el trato que recibió el bloque leonés por parte del colegiado gallego Iglesias Villanueva junior en el partido que enfrentó a la Cultural ante el Bilbao Athletic en la quinta jornada del campeonato de Liga. El trencilla gallego fue muy criticado por los seguidores culturalistas por determinadas señalizaciones durante el encuentro que perjudicaron a la Cultural. La hinchada culturalista explotó cuando el citado Iglesias Villanueva expulsó del terreno de juego al guardameta culturalista Bermúdez. Las voces en contra del colegiado tras el partido frente al filial bilbaíno no han evitado que para el encuentro del domingo el designado para pitar el partido correspondiente a la sexta jornada del campeonato liguero entre la Cultural y el Guadalajara (18.00 horas, Amilivia) sea el también gallego Marcos García Bestilleiro, que tras militar la pasada campaña en Segunda División ha vuelto a la Segunda B. Los seguidores culturalistas estarán pendientes del arbitraje de Marcos García Bestilleiro desde el primer minuto de juego, «porque en las dos últimas jornadas del campeonato liguero, frente al Bilbao Athletic y ante el Zamora, las decisiones del árbitro han perjudicado gravemente a la Cultural», recalca un aficionado del equipo leonés. La actuación de López Acera en el encuentro del domingo en el estadio Ruta de la Plata volvió a estar llena de errores, que influyeron negativamente en la Cultural. El árbitro perdonó la segunda cartulina amarilla al jugador zamorano Jorge Rodríguez, cuando agarró delante de los ojos del colegiado al delantero Addison, cuando el brasileño se iba solo ante el guardameta local Dani. Lo vio todo el estadio, menos el encargado de imponer justicia en el juego. Después en la segunda mitad del enfrentamiento deportivo, una entrada de Pablo López sobre Aarón propició la expulsión del marcador culturalista, cuando el defensa tocó el balón y no al jugador. El árbitro López Acera se precipitó al enseñar la roja al central, en vez de consultar a su asistente, que estaba mucho mejor situado que el principal, muy tapado en la citada acción.