El asturiano se va a encontrar con la misma filosofía de equipo pero con caras nuevas

Alonso se va a encontrar un Renault con el mismo espíritu, pero que ha cambiado en un año de forma notable. Su ingeniero Rod Nelson, con el que ganó el título en 2006, se fue a Williams. Esta marcha provocó una reestructuración en torno a Alan Permane, que ascendió de ingeniero de pista de Fisichella a coordinador general de ingenieros. Ese es el principal cambio en la escudería, además del presidente, ya que Alain Dassas, que pasó a Nissan, dejó su puesto a Bernard Rey, que ha sido quien ha avalado la operación a instancias de Briatore, que sigue al frente de las operaciones. En cuanto a la técnica, Alonso y Renault se van a encontrar con un coche que comenzó a fabricarse en verano. Al asturiano no le ha hecho falta ir a Enstone, ya que conoce de sobra aquello después de cinco años en el equipo francés, así que la transición es mucho más sencilla. La competitividad del nuevo R28 promete estar a la altura del doble campeón español, ya que el R27 sin ayudas electrónicas y en manos del debutante Piquet, se ha mostrado rápido y fiable, así que a Alonso le espera un trabajo duro, pero que parece va a dar sus frutos rápidamente. Más fácil con el R28 Si fue capaz de sacar adelante el McLaren, más fácil lo va a tener con el R28 y el ambiente de fiesta que se vive en Renault ante la llegada de Fernando. De todas formas Alonso se ha reservado la potestad de poder salir del equipo si los resultados no son los esperados por culpa del material. El equipo galo está tan seguro de sus posibilidades de éxito, que no ha dudado en admitir esa cláusula, lógica por otra parte, si se ve lo que pasó en McLaren, y que quizás se ponga de moda para otros pilotos, si tienen la calidad para imponer sus criterios al equipo.