Contador: «Nunca soñé con estar entre los mejores del mundo»

«Otra para la colección. Poneos todos». Los pinteños estaban en su salsa. Por tercera vez en 14 meses, se colocaban delante de un gigantesco cartel en el que se podía leer: «Alberto Contador, campeón». Dirigidos por el hermano del ciclista y por sus más irreductibles seguidores, los allegados posaban con una sonrisa de oreja a oreja en el mismo centro de Madrid, en la Puerta del Sol, en las entrañas de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Ponían el punto y aparte (quedaba el recibimiento en el pueblo) al reconocimiento público de Contador, que recibió infinitas loas por parte de los dirigentes políticos, de una orgullosa Esperanza Aguirre y de las decenas de valientes que aguardaron bajo la lluvia a que saliera al balcón. El ganador de la Vuelta también sonreía sin cesar, «encantado» de ver cómo le recibe la gente. Disfrutaba del momento, después de cumplir con todos sus objetivos durante esta temporada y de colocarse en el trono de los mejores, de aquellos que consiguieron ganar las tres grandes carreras. Anquetil, Gimondi, Merckx, Hinault y Contador. «Es un honor estar entre los mejores. Es algo que no había llegado a soñar. No me ha dado tiempo de asimilarlo», reconocía afónico y azorado por verse colocado en el Olimpo de los corredores. Sin techo Contador se centra en el Mundial de Varese y, sobre todo, en tomarse unas merecidas vacaciones. No quiere pensar en su límite y en la posibilidad real de marcar una época sobre las dos ruedas. «Ahora mismo no me planteo cuál es mi techo, sino en disfrutar de este momento. Ya buscaré nuevos objetivos para el año que viene», dijo, aunque seguro que tiene entre ceja y ceja el Tour que este año le despreció.