Diario de León

Los ahorradores chipriotas sufren la cruda realidad del corralito financiero

Los bancos reabren en medio de fuertes restricciones a la circulación de capitales.

Chipriotas aguardan la apertura de una sucursal del Banco de Chipre, en Nicosia.

Chipriotas aguardan la apertura de una sucursal del Banco de Chipre, en Nicosia.

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Konstantinou | (colpisa) nicosia

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Tras doce días de incertidumbre y bancos cerrados, los ahorradores de Chipre conocieron al fin la cruda realidad del corralito. Las entidades financieras del país reabrieron sus puertas bajo estrictos controles de seguridad y sometidas a fuertes restricciones para evitar una fuga de capitales de la isla, salvada de la quiebra por sus socios de la UE. Para los ciudadanos de a pie —que llegaron a temer una quita indiscriminada en sus ahorros— la medida más humillante es la prohibición de retirar más de 300 euros diarios de sus cuentas corrientes.

Decenas de chipriotas hacían cola frente a los establecimientos bancarios antes de la apertura al público de las oficinas, prevista para el mediodía. Algunas sucursales permanecieron cerradas después de esa hora, lo que generó inquietud entre los depositantes, que golpeaban las ventanas de las oficinas ante la mirada desafiante de los guardias de seguridad. Finalmente, no hubo tensiones ni avalanchas en el momento de la apertura. El dinero, 5.000 millones de euros en billetes de los valores más pequeños, procedentes del Banco Central Europeo, había llegado en cuatro contenedores, y se repartió durante la madrugada.

Frustración

En el centro de Nicosia, unas cincuenta personas se agolparon a las puertas del Bank of Cyprus. Su frustración no había desaparecido una vez acabadas sus gestiones en el interior debido a las draconianas limitaciones impuestas por el Banco Central de Chipre al movimiento de capitales. Los depositantes podían retirar como máximo 300 euros, los pagos y transferencias destinadas al extranjero están limitados a 5.000 euros al mes y los viajeros que planeen salir de la isla llevarán consigo un máximo de 1.000 euros en efectivo. Los cheques sólo pueden cobrarse mediante ingreso en cuenta, nunca en efectivo, contrariamente a una costumbre muy extendida entre los chipriotas. Es la primera vez que un país de la zona euro impone restricciones a la libre circulación de capitales, considerada uno de los principios básicos de la UE.

Y muchos chipriotas, que miran ahora con recelo y desazón a otros países muy sacudidos por la crisis pero que aún no han llegado a este extremo, creen que no será la última. «Nosotros somos el experimento, pero vosotros vendréis detrás», le espetó un matrimonio chipriota a un equipo español de televisión a las puertas de una sucursal.

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