Bankia dice que el escándalo de las tarjetas no afecta a su actividad

El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, aseguró ayer que el escándalo de las tarjetas ‘black’ de Caja Madrid y Bankia no les ha afectado en su actividad comercial. «El tema de las tarjetas no nos va a cambiar las cosas ni para mejor ni para peor», dijo Sevilla durante la rueda de prensa de presentación de resultados, aunque reconoció que ha dañado la imagen del sector. Tampoco cree que les afecte a la hora de volver a realizar otra colocación de acciones porque, a su juicio, los inversores saben distinguir entre el pasado y lo que ocurre en el presente.

El número dos de Bankia hizo un esfuerzo por intentar separar la actuación de los anteriores presidentes de Caja Madrid y Bankia, Miguel Blesa y Rodrigo Rato, ambos imputados por las tarjetas opacas, de la situación actual de la entidad. «Esas prácticas corresponden al pasado, fueron corregidas y no deberían repetirse», enfatizó Sevilla, que justificó la tardanza en descubrir la operativa de las tarjetas porque, cuando llegaron, ya no existía y «es difícil buscar algo que no sabes que existe». De hecho, reconoció que empezaron a investigar tras la filtración de los famosos correos de Blesa: en uno de ellos se mencionaban las tarjetas ‘black’, lo que les puso sobre la pista.

Bankia ha remitido a la fiscalía, al juez o al FROB unas veinte operaciones sospechosas que han representado para la entidad un quebranto de «cientos de millones» de euros, según Sevilla, aunque otras fuentes elevan considerablemente esa cantidad.

Aunque el número dos de Bankia dedicó la mayor parte del tiempo de la rueda de prensa a echar balones fuera respecto al escándalo de las tarjetas ‘black’ y de otras operaciones irregulares durante la anterior etapa, pudo explicar someramente los resultados de la entidad en el tercer trimestre. Bankia ganó en los nueve primeros meses del año 696 millones de euros, un 53,9% más, mientras el grupo BFA-Bankia obtuvo un beneficio neto de 1.151 millones, un 77,7%. La diferencia entre ambos obedece básicamente a los 604 millones obtenidos por BFA por la venta de su participación en Mapfre e Iberdrola.