UNIÓN BANCARIA EUROPEA
El fondo europeo de garantía de depósitos se abre paso pero con extremada lentitud
Alemania condiciona su creación a que haya progresos en la reducción de riesgos de los bancos
La unión bancaria europea nació hace poco más de tres años con una misión: crear los instrumentos adecuados para gestionar quiebras de bancos y, sobre todo, impedir que los contribuyentes europeos volvieran a pagar los platos rotos de las crisis, como la que entre 2008 y 2011 arrasó con las finanzas europeas y obligó a los gobiernos a inyectar más de 1.600 millones de dinero público para rescatar a sus bancos. Tras la puesta en marcha del mecanismo único de supervisión (MUS) y el mecanismo único de resolución bancaria (MUR), los 28 se afanan ahora por eliminar el último y más peliagudo de todos los obstáculos: la creación de un fondo europeo de garantía de depósitos.
Durante meses las negociaciones han estado bloqueadas. El norte, con Alemania, a la cabeza, se resiste a hablar de la puesta en marcha de un fondo común que mutualice riesgos y proteja a los ahorradores europeos. La idea es que en caso de quiebra bancaria este fondo cubriría los primeros 100.000 euros de cada cliente. Los alemanes, sin embargo, no se fían y temen que esta hucha termine financiando las malas gestiones en algunos países. De ahí su exigencia de reducir antes los riesgos a los que están expuestos los bancos, incluido el peso de la deuda soberana en manos de las entidades.
El sur, mientras tanto, con Italia, Francia o España, siempre ha defendido la creación inmediata de este fondo como un salto clave hacia la integración. Entienden que su puesta en marcha y la limpieza de los balances debe ser un proceso que camine en paralelo. Esta semana, tras meses de negativas, han conseguido lo que España considera una pequeña victoria. Por primera vez un documento del Ecofin (consejo de ministros de Economía y Finanzas de la UE) menciona la creación de este instrumento de solidaridad. El Ecofin se compromete a seguir trabajando a nivel técnico y a poner en marcha negociaciones políticas pero la coletilla lo dice todo: “tan pronto como haya suficientes progresos sobre las medidas de reducción de riesgos”.
MEDIDAS PARA REDUCIR EL RIESGO
Dicho con claridad, el ministro alemán, Wolfgang Schaüble, acepta empezar a hablar de la mutualización pero con un compromiso lo suficientemente vago que permite a Alemania, que en el 2017 celebra elecciones, encarar el debate sin presiones ni calendario. De momento, el siguiente paso será que la Comisión Europea presente “lo antes posible” actuaciones para mitigar los riesgos en las que ya trabaja: requisitos mínimos de fondos propios, capacidad de absorción de pérdidas y homogeneización de la jerarquía en la que deben asumir pérdidas las entidades
Además, Berlín también acepta aplazar otro debate que preocupaba mucho en Roma y en Madrid: la penalización de la deuda pública de los bancos, muy abultada en estos dos países del sur. El Gobierno alemán quiere que deje de ser considerado como un activo libre de riesgo pero acepta trasladar la cuestión al comité de supervisión bancaria de Basilea. “El Consejo acepta esperar al resultado del Comité de Basilea”, y tras este trabajo “consideraremos nuevos pasos a nivel europeo”, subrayan en las conclusiones adoptadas por el Ecofin del pasado viernes. El citado comité presentará su próximo informe a principios de 2017 lo que significa que la UE ganará tiempo para negociar cómo romper el círculo vicioso entre deuda soberana y bancos.