Diario de León

Blesa niega la opacidad de las tarjetas ‘black’ del caso Bankia

El expresidente de Caja Madrid defiende que era la única forma de «dignificar su trabajo».

Miguel Blesa declara en el juicio sobre las tarjetas ‘black’ de Bankia. EFE

Miguel Blesa declara en el juicio sobre las tarjetas ‘black’ de Bankia. EFE

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j. a. bravo | madrid

Miguel Blesa, quien fuera presidente de Caja Madrid entre 1996 y 2010, tiene «claro» que las tarjetas ‘black’ de las que gozaron él y su cúpula eran para «complementar» su sueldo. Más en concreto, «la única forma de dignificar» su trabajo porque pagar gastos de representación no lo sería. Así lo declaró este viernes ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga la presunta apropiación indebida de hasta 15,5 millones de euros entre 1999 y 2012 a través de ese medio de pago por parte de 65 ex altos cargos de la caja madrileña y de Bankia, su sucesora.

En su intervención solo aceptó responder a las cuestiones que le planteó el fiscal Alejandro Luzón, las de su abogado y, obviamente, las del propio tribunal. Nada de aceptar algún interrogante sorpresivo y algo incomodo por parte de los letrados de sus compañeros de banquillo y menos aún de las acusaciones, ni particulares ni populares.

Entre algunas certezas pero también dudas significativas que dejó, Blesa trató de salir lo mejor posible del interrogatorio que le planteó el representante del Ministerio Publico. Así, cuando éste se alargó en comentarios sobre una reunión del consejo de Caja Madrid en mayo de 1988, en la que él trata de situar el origen de las ‘black’.

Blesa insistió en varias ocasiones en que las tarjetas eran «de libre disposición». «No se exigía justificación alguna» sobre sus gastos, abundó en sus respuestas para añadir luego que «cada consejero podía gastar como le pareciera oportuno». Eso sí, admitió que la frontera la fijaba él, «tanto el sistema como la cuantía de compensación mediante tarjeta», además de decidir quién tendría más.

Una discrecionalidad aparentemente elevada que, sin embargo, no era óbice para que en la caja de ahorros sí pudieran «saber cuánto se gastaba y en qué» aunque esa era información «delicada», advirtió, porque «nadie tiene por qué saber dónde gasta uno su dinero», en alusión a las filtraciones que se hicieron de los movimientos.

Y es que una de las obsesiones del expresidente de Caja Madrid fue negar que las ‘black’ formaran parte de un sistema «opaco» de retribuciones paralelas, como sostienen las acusaciones. «No ha habido oscuridad en los gastos», dijo tras argumentar que para eso sus saldos figuraban en los resultados anuales de la entidad.

«Los auditores necesariamente conocían la existencia de las tarjetas» porque a través de documentos como, por ejemplo, las actas del consejo o de las inspecciones, «tenían suficientes pistas para deducir su existencia». «¿Dice pistas?», le interrumpió el fiscal. «Bueno, me refiero a información del banco», le contestó el exfinanciero.

El problema para Blesa llegó cuando no pudo —o no supo-—concretar las respuestas a algunas preguntas que se antojan claves para determinar hasta qué punto existía o no un control sobre las ‘black’. Lo primero, y pese a su insistencia en hacer ver que fueron aprobadas por su antecesor (Jaime Terceiro) en mayo de 1988, no logró explicar porque sólo se habla de «tarjetas para gastos de empresa» y nada se dice respecto a que pudieran ser de libre disposición. Tampoco aclaró por qué a algunos consejeros y altos cargos se les facilitó una clave PIN para manejar libremente sus ‘plásticos’ pero a otros no.

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