El «número dos» del BBVA se queda sin cargos en Repsol y Telefónica

«Un consejero del banco no podrá serlo de sociedades participadas», anunció González. «Para evitar que se establezca una relación sentimental, y por el bien de las participadas, en los consejos de las empresas se sentarán ejecutivos», justificó después. La decisión, un tanto sorprendente, forma parte de las recomendaciones que ha elaborado una comisión temporal, presidida por el consejero Ricardo Lacasa, fichaje del banco del que el presidente se siente especialmente satisfecho. «Lacasa es un gran amigo mío, alguien que para mí ha sido una referencia moral durante mucho tiempo», dijo, y comentó el detalle de que, tras muchos años de ejercer como consejero delegado del Banco Popular, «salió del cargo con un pisito». Desde la admiración por esta integridad, González renovó el compromiso de transparencia. «Vamos a hacer cosas que sean, por supuesto, legales y moralmente aceptables, y además vamos a comunicarlas», declaró. Entre los cambios aprobados por el consejo de administración del BBVA ayer figura la designación de una elevada proporción de consejeros independientes. Un «cazatalentos» está buscando estos días uno de ellos en Estados Unidos «porque es importante -dijo González- mandar un mensaje a la comunidad americana». «Seguramente yo no lo conoceré de nada», anticipó. Pero el presidente González marcó distancias con las situaciones irregulares y los escándalos que se están produciendo en empresas de Estados Unidos. «Las normas americanas sobre amortizaciones castigan a las empresas europeas que se ven discriminadas, pero son un brindis al sol», consideró. Según el presidente ejecutivo de BBVA, ese tipo de normas «sólo aguantan con buenos ejecutivos y empresarios que arriesgan su propio dinero», pero en EE. UU. «ha habido normas muy laxas, codicia cortoplacista y una actitud permisiva de la sociedad». En el BBVA existe un blindaje que limita los derechos de voto al 10 por ciento del capital. También lo tiene el SCH, que acaba de anunciar su supresión. «Nosotros retiraremos los blindajes -explicó González-, pero lo cierto es que no estamos en la dialéctica de mayoritarios y minoritarios, no caben operaciones de control. Somos un banco de proletarios, y una mayoría del capital está en fondos que no se comprometen con nadie y sólo exigen resultados».