España reduce su crecimiento al 1,8% por la caída del consumo doméstico

De Guindos consideró «factible» que se termine el año con un crecimiento superior al 2%, aunque para ello será necesario que en el cuarto trimestre del año se crezca muy por encima de ese nivel. Es más, para cumplir la previsión oficial de una media anual de crecimiento del 2,2%, se tendría que crecer a un ritmo del 3% entre octubre y diciembre, cosa que todos los analistas consideran casi imposible. La elevación constante de los precios desde primeros de año y la carestía del consumo cotidiano que provocó el redondeo al alza del euro en los productos más básicos, mezclada con un fuerte endeudamiento familiar, hicieron mella en el consumo doméstico del tercer trimestre de este año y rebajaron su crecimiento interanual al 1,4%, dos décimas menos que en el trimestre anterior y muy lejos del 2,7% de aumento que se logró un año antes. Esa caída del consumo doméstico entre julio y septiembre no pudo ser compensada por la mejora en una décima del consumo de las Administraciones públicas, que aumentó un 3,2%, y tuvo un claro reflejo del lado de la oferta en el descenso de la del sector de los servicios, que bajó del 2,4% a un 2% de crecimiento en ese periodo, con más retroceso aún en lo que se refiere a los servicios destinados al mercado (consumo), que apenas subieron un 1,6%, seis décimas por debajo del trimestre anterior y muy lejos del 3,4% de ritmo de aumento de hace doce meses. Desde el Ministerio de Economía se advierte, además, que en esa caída del consumo privado tuvo mucho que ver en el tercer trimestre el aumento de la tasa de ahorro de las familias, aunque ese dato que contrasta con un ritmo de aumento del 14% en la concesión de créditos que existe en España. Esa mala situación del consumo doméstico contrasta con la aparición en el tercer trimestre del año de los primeros indicios claros de recuperación económica, del lado del sector industrial y el comercio exterior, que fueron los que procuraron un crecimiento económico intertrimestral (entre julio y septiembre nada más) del 0,8%, tres décimas por encima del los dos trimestres anteriores del año. En ese proceso influyo de forma determinante la inversión (formación bruta de capital) acabó el trimestre con una subida del 1,5%, cuatro décimas más que en trimestre anterior, pero con el dato adicional de que la caída de los bienes de equipo se frenó en un punto, para quedar en el 4,1%. Pese a ser un dato negativo en evolución interanual, esa mejora supone que en evolución intertrimestral (en los tres meses), la industria básica de los bienes de equipo mejoró un 2,7%. En la inversión también tuvo incidencia la construcción, que mantuvo su actividad con un crecimiento en el trimestre, en comparación con el mismo trimestre del año anterior, del 4,8%, cuatro décimas más que tres meses antes. Pero se trata de un dato que se deriva de la obra en curso más que de la evolución a corto plazo, pues en la comparación intertrimestral se confirma la lenta caída de este sector con un avance de apenas el 1%, seis décimas menos que entre abril y junio. Del lado de la oferta, ese avance del sector industrial se deja ver en un crecimiento del 0,9%, frente a la caída del 1,8% anual que mantenía un trimestre antes. En la evolución intertrimestral, se triplicó el ritmo de aumento en la oferta de productos industriales aumentó un 3,9%. Cabe advertir que todas las ramas de actividad tuvieron aumentos en el tercer trimestre salvo el sector primario (agrario y pesquero), que acabó con una caída del 1,9% sobre el mismo periodo del año anterior, y sin visos de mejorar, dado que el dato es más del doble que el descenso entre abril y junio. Con todo ello -menor consumo y mayor inversión se logró un aumento de la demanda interna del 1,8%, una décima más que en los tres meses anteriores, pero que marcan un cambio de tendencia después de los altibajos de los últimos años.