Cardenal admite que hubo distintas posiciones ante la querella a Alierta
El Fiscal General del Estado, Jesús Cardenal, admitió ayer que en la Secretaría Técnica de su departamento hubo distintas posiciones sobre la paralización de la querella de la Fiscalía Anticorrupción al presidente de Telefónica, César Alierta. Por lo que el PSOE quiere que Cardenal explique «urgentemente» esta decisión en el Congreso de los Diputados, una comparecencia a la que el Fiscal General se mostró dispuesto. La decisión de paralizar la querella que preparaba la Fiscalía Anticorrupción a Alierta se tomó el pasado viernes, entre las críticas de la oposición política. Cardenal explicó que en la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado trabajan ocho o diez fiscales, por lo que consideró normal, «como ocurre en todo órgano colegiado y plural», que haya «perspectivas, aspectos y circunstancias que se matizan más o menos». Eso sí, recalcó que la decisión final corresponde al Fiscal General. Es el propio Cardenal quien estudia los informes y toma una decisión. El Fiscal General se mostró en disposición de comparecer en el Parlamento para dar a conocer los detalles de esta decisión. «Yo, que he venido al Congreso de los Diputados, más que ningún fiscal desde que tenemos democracia en España, estoy dispuesto a venir cuantas veces quieran a explicar todo lo que haga falta», explicó. Ha sido el PSOE quien ha solicitado esta comparecencia. El portavoz socialista de Justicia, Javier Barrero, explicó que su partido quiere que las explicaciones se produzcan esta misma semana o la que viene a más tardar. Cardenal, dijo, debe explicar a la opinión pública por qué ha decidido paralizar la querella del fiscal Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, «ante indicios racionales de criminalidad». Favorecer al Gobierno Según Blanco, Cardenal «obvió» el informe de la Secretaría Técnica, en el que se pedía «impulsar la querella». «Es una decisión realmente alarmante que pone de manifiesto la actitud clara del fiscal del Estado, que está en disposición continua de blindar a los poderosos y de bloquear cualquier investigación penal, por grandes que sean los indicios de criminalidad, de ciudadanos que pueden estar cercanos al Gobierno. «Había de todo», explicó Cardenal, sin dar más detalles de los papeles que tuvo en cuenta para paralizar la querella. Pese a las críticas del PSOE, a las que tras conocer la paralización de la querella se sumaron otros partidos de la oposición, Cardenal dijo no entender esta respuesta.