Los bancos desoyen la presión de Calviño para que paguen más por el ahorro
El sector muestra su malestar y deja claro
El sector muestra su malestar por volver al foco del debate público y deja claro que «las estrategias de precios las deciden los bancos» La banca se planta ante las renovadas presiones del Gobierno para que las entidades mejoren la remuneración de los depósitos. Y no ocultan su malestar tras las palabras de la vicepresidenta, Nadia Calviño, instando al sector a cambiar cuanto antes su actual estrategia comercial. El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, aseguró ayer que aunque respeta la opinión de la ministra de Economía, «las decisiones de precios corresponden a cada banco». Ni siquiera las patronales, según advirtió, tienen nada que decir en esto. Durante su participación en los Cursos de Verano de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), el directivo explicó que, en todo caso, la última palabra dependerá de la demanda de los clientes, a los que llevan años ofreciendo otros productos alternativos -que a su vez generan mayores ingresos por comisiones- como los fondos de inversión o los seguros de ahorro.
De momento, la estrategia no le ha ido del todo mal a la entidad, que ha logrado que más del 40% de los recursos de clientes estén fuera de balance bancario. Pero la carrera por los depósitos la están ganando, sin duda, aquellas entidades que ofrecen más por el ahorro. ING, por ejemplo, ha captado 1.300 millones de euros en los cinco primeros meses del año con remuneraciones superiores al 2%, según indicó ayer Ignacio Juliá, consejero delegado del banco para España y Portugal. «Los depósitos a plazo están llegando de forma progresiva. Pero con todo el respeto a la vicepresidenta, la mejora de la remuneración no llegará porque ella lo diga, sino por el efecto de la competencia», explicó en el mismo foro el consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno. Las entidades también rechazan de lleno que este asunto forme parte de la reunión que el próximo 29 de junio mantendrán con el Gobierno. El principal objetivo del encuentro es evaluar las ayudas a los hipotecados con el nuevo código de buenas prácticas, pero Calviño pretendía introducir también ese debate sobre la remuneración del ahorro.
La desazón en el sector es palpable en un momento en el que, además, el señalamiento político por el rechazo a pagar más a sus clientes puede acabar repercutiendo en su reputación, que había ganado muchos enteros con todas las medidas puestas en marcha desde la pandemia. «Es algo que nos ocupa mucho. En pandemia se vio la importancia de contar con un sector que pueda responder en momentos de crisis», indicó.