Diario de León

La guerra comercial escala: la ruptura de China con Boeing puede beneficiar a España

Estados Unidos y el gigante asiático intensifican su batalla económica con aranceles que superan el 125% y las aerolíneas se convierten en piezas clave del conflicto

Foto de archivo que muestra el logotipo de Boeing. EFE/EPA/NEIL HALL

Foto de archivo que muestra el logotipo de Boeing. EFE

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La tensión comercial entre China y Estados Unidos ha alcanzado un nuevo punto crítico. Según informó recientemente la agencia Bloomberg, el gobierno chino ha ordenado a sus aerolíneas que no acepten más entregas de aviones fabricados por Boeing. Esta medida sin precedentes supone la primera gran ofensiva directa de un país contra una empresa estadounidense tras la imposición de la nueva política arancelaria impulsada por Donald Trump.

La decisión de Pekín va más allá del rechazo a nuevos aviones. Las autoridades chinas también han solicitado a sus compañías aéreas que suspendan "cualquier compra de equipos y piezas para aeronaves a empresas estadounidenses", un movimiento que podría tener graves consecuencias para el sector aeronáutico norteamericano.

Un golpe devastador para Boeing

Los expertos del sector aeronáutico, incluidos analistas españoles, venían advirtiendo desde hace semanas que la aviación estadounidense sería uno de los sectores más perjudicados por la guerra arancelaria. Boeing, con sede en Arlington (Virginia), emerge como el principal damnificado de esta escalada comercial.

La compañía norteamericana podría ver cómo el precio de sus aviones se dispara en comparación con sus dos principales competidores: la europea Airbus y la Commercial Aircraft Corporation of China (COMAC). Esta última busca ganar terreno en el mercado doméstico chino con un fuerte apoyo estatal, lo que podría acelerar la pérdida de cuota de mercado de Boeing en Asia.

Los números son reveladores: en 2022, el 25% de las entregas internacionales de Boeing tenían como destino China. Sin embargo, en 2023 esta cifra se desplomó hasta apenas un 9%. La tendencia a la baja comenzó en 2019 y la reciente decisión del gobierno chino amenaza con convertir esta caída en un auténtico desplome.

El origen de la guerra comercial

La actual escalada comercial tiene su origen en las políticas proteccionistas impulsadas durante la primera presidencia de Trump (2017-2021). Sin embargo, la tensión se intensificó significativamente el pasado 2 de abril, cuando el expresidente anunció "aranceles recíprocos" para el resto del mundo. Una decisión que tuvo que rectificar parcialmente una semana después, ante las fuertes caídas en los mercados y el encarecimiento de la financiación de la deuda estadounidense.

En ese momento, Washington decidió suavizar su postura con la mayoría de países, estableciendo un arancel generalizado del 10%. Sin embargo, optó por incrementar los gravámenes a China como respuesta a las represalias del gigante asiático. El resultado: Estados Unidos ha impuesto un 145% de gravámenes totales a las importaciones chinas, mientras que Pekín ha elevado los suyos sobre productos estadounidenses hasta el 125%.

Aunque EE.UU. decidió dejar sin gravar numerosos productos tecnológicos chinos, Trump anunció el domingo que los aranceles para semiconductores se aplicarán "en un futuro próximo", lo que sugiere que la escalada podría continuar.

Consecuencias para la economía global y española

Las repercusiones de esta guerra comercial van mucho más allá del sector aeronáutico. Los analistas económicos en España advierten que empresas estadounidenses de todos los sectores (maquinaria, textil, electrónica, electrodomésticos) experimentarán un encarecimiento significativo de las piezas, materias primas e insumos que importan de China.

Estas compañías afrontarán un doble desafío: por un lado, la necesidad de trasladar parte de su producción fuera de China; por otro, la pérdida de competitividad en el mercado chino, uno de los más grandes y dinámicos del mundo.

Para España, esta situación podría representar tanto amenazas como oportunidades. Las empresas españolas con cadenas de suministro globales podrían verse afectadas por el encarecimiento de componentes, mientras que aquellas que compiten con productos estadounidenses o chinos podrían encontrar nuevos nichos de mercado en ambos países.

Los expertos en comercio internacional consultados en Madrid señalan que la situación podría beneficiar a compañías europeas como Airbus, que podrían captar parte del mercado que Boeing está perdiendo en China. De hecho, algunos analistas estiman que las aerolíneas chinas podrían incrementar sus pedidos a la fabricante europea en un 30% durante los próximos 18 meses.

La respuesta diplomática

Ante esta situación, China ha instado a Washington a que cancele "por completo" los gravámenes, aseverando que "nadie gana en una guerra comercial" y que "el proteccionismo no tiene salida". Sin embargo, los analistas internacionales, incluidos varios especialistas españoles en relaciones internacionales, consideran poco probable que se produzca una desescalada en el corto plazo.

La postura del gobierno español ha sido de cautela, abogando por el multilateralismo y el respeto a las reglas de la Organización Mundial del Comercio. Desde el Ministerio de Economía se ha señalado que España trabajará junto a sus socios europeos para minimizar el impacto negativo de esta guerra comercial en las empresas españolas.

Véase también

Esta escalada en la guerra comercial entre las dos potencias mundiales marca un punto de inflexión en las relaciones económicas internacionales. Las consecuencias para sectores clave como el aeronáutico apenas comienzan a vislumbrarse, mientras que los efectos en cadenas de suministro globales, precios al consumidor y estrategias empresariales se sentirán durante los próximos años, afectando a economías de todo el mundo, incluida la española.

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