Diario de León

La Memoria del Consejo Económico y Social sitúa a Andalucía a la cabeza en la tasa de paro

Aumentan las diferencias laborales entre las comunidades autónomas Claves

La UE mantiene que los desequilibrios españoles son de los más pronunciados

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Elisa García - madrid
León

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La fuerte creación de empleo desde 1996 no ha sido capaz de acortar las diferencias laborales de las comunidades autónomas, tanto en la vertiente del paro como en la de fomento de la contratación, según la Memoria del Consejo Económico y Social (CES), correspondiente al año 2002. El documento resalta que, por un lado se constata que existe un grupo compuesto por Baleares, Navarra y Madrid con tasas de empleo mucho más altas e índices de paro relativamente bajos y, por otro, a mucha distancia, se encuentran Andalucía y Extremadura con unos resultados de contratación escasos, mientras que mantienen un desempleo «destacadamente» alto. La Memoria, presentada esta semana y consensuada por los distintos grupos de consejeros (sindicalistas, empresarios, responsables de sectores agrario y marítimo pesquero, usuarios y consumidores, representantes de la economía social y expertos en materias socioeconómicas) consta de tres capítulos. El primero está dedicado al panorama económico, el segundo, al mercado de trabajo y el tercero a la protección social. La denuncia sobre los desequilibrios territoriales laborales se encuentra en el segundo volumen. Este capítulo recuerda que informes de la Unión Europea (UE), ya en el 2001, advertían de que «los desequilibrios territoriales en el mercado de trabajo español se encontraban entre los más pronunciados» y recomendaban la adopción de medidas adicionales en la política de empleo para tratar de reducirlos. Crecimiento del paro Entre las iniciativas aconsejadas, la UE citaba la necesidad de completar la modernización de los servicios públicos de colocación y, sobre todo, la conveniencia de una mayor coordinación entre los mecanismos regionales. Los informes comunitarios resaltaban la importancia de alcanzar un equilibrio adecuado entre el desarrollo territorial y la movilidad geográfica y funcional. Así en lo que respecta a la creación de empleo, el aumento registrado en el 2002 «no fue bastante para impedir que el paro creciese en casi todas las comunidades. Sólo el País Vasco y Madrid redujeron ligeramente sus tasas de desempleo. En el resto de las autonomías, se recogieron notables aumentos como ocurrió en Extremadura, La Rioja, Murcia y Asturias. En la primera, el crecimiento del paro en el 2002, cifrado en 4,5 puntos, elevó el desempleo hasta el 18,6% de la población activa. A poca distancia del índice de Andalucía que, con un 20%, volvió a encabezar las tasas de paro, a casi 15 puntos de Navarra, comunidad con la proporción más baja. El aumento del paro en La Rioja (a pesar del crecimiento, cercano a un punto en su tasa de empleo) supuso un incremento de 3,3 puntos porcentuales, lejos del puesto ocupado en el 2001, cuando contabilizó la menor proporción de desempleo. En cuanto a la contratación, la creación de colocaciones fue especialmente alta en Andalucía y en Canarias, cifrada en ambos casos en cerca de dos puntos, y muy notable en Madrid, donde el aumento en más de un punto de este indicador supuso que esta autonomía pasara a ser la segunda (por delante de Cataluña y Navarra) en tasa de ocupación en el 2002. En el 2001, 2000 y 1999, Madrid se tuvo que conformar con el cuarto puesto. Baleares continuó como la región más afortunada en la contratación laboral a casi cuatro puntos de distancia. Esta comunidad contó con un 56% de su población activa mayor de 16 años insertada en el mercado de trabajo. Asturias, pese al crecimiento cercano a un punto, arrojó la menor tasa de empleo al llegar apenas a un 40%.

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