La Bolsa se derrumba mientras que el euro se acerca a sus máximos

El fantasma de nuevos atentados terroristas volvió a planear ayer con fuerza sobre las principales bolsas mundiales. Tanto es así que se llevó por delante los máximos anuales que tanto trabajo había costado alcanzar a lo largo de la última semana, dejando tras de sí fuertes pérdi-das en todos los índices. El viacrucis de la renta variable comenzó en Tokio, cuyo principal indicador, el Nikkei, respondió con una caída del 3,7% -la más grave desde mediados de agosto- a la posibilidad de que el país pase a formar parte de los objetivos de la organización terrorista Al Qaida si, finalmente, el Gobierno nipón decide enviar tropas a Irak para colaborar con las fuerzas lideradas por Estados Unidos. Con este precedente y el de el fuerte descenso registrado el viernes por los mercados de valores estadounidenses, las bolsas europeas se vieron abocadas a las pérdidas desde primeras horas de la mañana. Una tendencia que se vería agravada más tarde con la aper-tura, nuevamente a la baja, de los índices en EE. UU. Pérdidas generalizadas Al final, el Ibex 35 se dejó en el camino un 2,19%, la mayor caída desde junio, y despidió la sesión en 7.134 puntos, casi 160 puntos por debajo del máximo anual establecido el viernes. Peor suerte corrieron otras plazas europeas como Fráncfort o París. La primera retrocedió un 3,24% y la segunda, un 2,59%. Por encima del 1% estuvieron también los recortes sufridos por Londres y Milán. En la Bolsa española, como en el resto de las europeas, el temor a nuevos atentados terroristas castigó, sobre todo, a los valores relacionados con el turismo y también a las aseguradoras. Así, los títulos de Iberia sufrieron un varapalo del 6,03% y los de Mapfre se dejaron un 4,05%. Sólo dos de los 35 valores que integran el Ibex lograron escapar a las pérdidas: Altadis y FCC, que ganaron un 1,25 y un 0,92%, respectivamente. Mientras los principales mercados de renta variable del mundo sufrían la presión de las ventas, en los de divisas, el euro volvía a dar muestras de fortaleza frente al dólar. Tanto es así que la divisa única llegó a cotizarse durante la sesión a 1,185 dólares, nivel que coincide con los máximos del pasado octubre y que se aproxima al récord histórico de 1,1933 dólares establecio en junio pasado. El Banco Central Europeo (BCE) fijó la cotización oficial en 1,1802. El miedo de los inversores también se dejó sentir en los mercados de metales preciosos, en los que el oro llegó a los máximos de los últimos siete años, muy cerca ya de la mítica barrera de los 400 dólares. Pesetas sin cambiar El importe de las monedas y billetes de pesetas sin canjear ascendía a finales de octubre - un año y diez meses después de la entrada en vigor de la moneda única- a 2.018 millones de euros (335.767 millones de pesetas), según datos del Banco de España.