España cuenta con mecanismos de control nuclear muy efectivos

Si en lugar de recurrir a la desprotegida mina Conchita para hacer acopio de explosivos los terroristas del 11-M hubieran tenido acceso a plutonio o uranio enriquecido, las consecuencias de su ataque habrían sido devastadoras. La elucubración sobre un atentado semejante suena algo exagerada, pero la Administración estadounidense está convencida de que Al-Qaeda busca el modo de hacerse con armamento nuclear. Y de que, tal y como está el mundo, no le resultaría difícil conseguirlo.

José Luis Rodríguez Zapatero llegó ayer a Washington invitado por Barack Obama para participar en una cumbre internacional destinada, precisamente, a comprometer a los principales líderes mundiales en el control del material nuclear delicado. La Agencia Internacional de la Energía Atómica, dependiente de la ONU, tiene documentados casi una veintena de robos o pérdidas, la mayoría de ellas en países pertenecientes a la antigua Unión Soviética.

España no resulta, a priori, un país clave para la prevención del tráfico de material sensible en el mercado negro. Ninguna de sus instalaciones utilizan ni uranio altamente enriquecido ni plutonio; es un país sin armamento nuclear que ha prohibido tanto la producción como el almacenaje e introducción de este tipo de material en su territorio y, según el Gobierno, «los mecanismos de regulación y supervisión del Consejo de Seguridad Nuclear se encuentran entre los más desarrollados y efectivos del mundo».