Diario de León

GUERRA DE SIRIA

Turquía quiere que los refugiados sirios se marchen

El Gobierno del país con más refugiados del mundo pretende mandarlos a "todos" de vuelta

Un niño sirio espera tras las vallas de la frontera para cruzar hacia Turquía cerca de Akcacale (sureste), en el 2015.

Un niño sirio espera tras las vallas de la frontera para cruzar hacia Turquía cerca de Akcacale (sureste), en el 2015.

Publicado por
ADRIÀ ROCHA CUTILLER
León

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Hay pocas cosas que, en Turquía, unan a los rivales ideológicos. Los seculares odian a los islamistas y los islamistas a los seculares. Los creyentes a los ateos y los ateos a los creyentes; los izquierdistas a los conservadores y los conservadores a los izquierdistas. Erdogan y sus seguidores odian a toda la oposición y toda la oposición odia a Erdogan y sus seguidores. Turquía es un país dividido por la mitad en el que nadie, nunca, está de acuerdo en nada con el del otro lado. 

En nada, salvo en una cosa: Turquía, y los turcos, sean seculares, islamistas, ateos, creyentes, partidarios o enemigos del presidente —el 86%—, quieren que los refugiados sirios vuelvan a su país.

"Queremos que vuelvan. Una vez que el cantón sirio de Afrín —donde Turquía está realizando una ofensiva militar contra las milicias kurdas— sea seguro, mandaremos a los 3,4 millones de refugiados sirios de vuelta", dijo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, hace un par de semanas, al iniciar la operación.

A todos ellos. El Gobierno turco, dice Erdogan y repiten sus portavoces, quiere meter a todos los 3,4 millones de refugiados sirios que hay en Turquía en una región, Afrín, montañosa, rural, sin ciudades.

"Es solo política y palabrería. No puede hacerlo. ¿Va a ir casa por casa a llevársenos a todos? Es imposible", dice Abu Hamza, un refugiado sirio que vive en Estambul. Este joven se muestra confiado en que nada pasará: que nadie le echará de Turquía en contra de su voluntad. Pero admite que discursos como este intranquilizan: "Hay muchos sirios que quieren volver, sobre todo la gente mayor. Pero somos muchos los que queremos quedarnos. No nos pueden forzar a irnos".

ARMA POLÍTICA

Al prometer a la población turca que los sirios se acabarán marchando, Erdogan intenta coquetear con el electorado nacionalista, con el que espera sumar para ganar las elecciones presidenciales, programadas para el 2019 pero que todo apunta que acabarán adelantándose. "Sus palabras —explica el analista y exdiputado opositor Aykan Erdemir— gustan a su electorado y, además, legitiman la operación militar en Afrín. Pero no es nada realista. No puedes mandar 3,4 millones de personas a Afrín. Lo que consigue Erdogan con esto es hacer la vida de los sirios en Turquía aún más difícil".

Con el estatus de refugiado, los sirios no tienen permiso de trabajo en Turquía. Los que trabajan, lo hacen ilegalmente y en negro, una práctica también muy extendida entre los turcos. Su situación en Turquía, el país del mundo que más refugiados acoge, es relativamente buena. Aunque también hay dificultades.

"Estoy intentando alquilar un piso para mí solo, pero cuando ven que soy sirio nadie me quiere alquilar nada. Hay bastante racismo contra nosotros", dice Abu Hamza.

El Gobierno turco, dice Erdemir, se ha acostumbrado a instrumentalizar a los refugiados sirios para conseguir sus objetivos políticos. "Erdogan ya los usó para presionar a la Unión Europea con la crisis de los refugiados. Ahora los utiliza para ganar votos nacionalistas turcos. Y lo que acaba consiguiendo es demonizar a los refugiados; no incorporarlos a la sociedad. Los pone en el ojo del huracán", considera el analista.

ENFRENTAMIENTOS

Durante el año 2017, de hecho, según un informe de la oenegé Crisis Group, 35 personas murieron en enfrentamientos callejeros entre refugiados sirios y ciudadanos turcos. De los 35, 24 eran sirios. "Turquía —aconseja el estudio— tiene que aceptar que una gran parte de los sirios se quedarán para siempre y debería fomentar su integración".

Pero eso, cara al electorado turco, no vende. "Erdogan intenta hacer equilibrios —dice Erdemir—. Amenazar con echar a todos los refugiados mientras da la nacionalidad a los más cualificados. Esto, a corto plazo, parece funcionarle. Pero me da la sensación de que Erdogan no tiene una estrategia definida a largo plazo. Va haciendo zig-zag, alabando, criticando y usando a los sirios según más le conviene. Y esto hace que la situación de los refugiados en Turquía sea más precaria".

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